Cierto es que setiembre marca una bisagra en la mente de los argentinos. Antes del 21 el año corriente está en marcha. Después, el año casi termina. En este sentido el anhelo de vacaciones crece con la temperatura. Entonces las búsquedas de destino así como las cuentas familiares, son tema del día.
Los meta buscadores y las agencias locales a partir de agosto experimentaron el creciente interés de los mendocinos en las vacaciones 2017, incluso las ventas no se quedaron atrás, si hasta hace algunos años era octubre y noviembre los meses considerados disparador, este 2016 la cosa se adelantó.
Es que en relación al año anterior cuando no se sabía si continuaría el cepo, si el dólar se dispararía o quién sería el gobernante, los 3 últimos meses del año fueron pacíficos para las agencias.
Algunos arriesgaban, otros prefirieron esperar. El escenario mostró al exterior como la gran opción especialmente Brasil para todos los argentinos y Chile para los mendocinos.
Ahora con un panorama más claro en muchos sentidos, los vacacionantes no quieren perder tiempo ni dinero. Se aprestan a comprar pasajes, paquetes y a no perder las esperanzas de un verano a pleno.
¿Están locos? ¿Son compulsivos? De ninguna manera. Analizan cuidadosamente los precios y notan, entre otras cosas, que las ofertas de último momento son para aprovechar, como las alertas de los buscadores.
En relación al año anterior los aumentos son entre un 12% y un 25 % y esto es menor a la inflación. Entonces es tiempo de oportunidades, se dicen. La idea es congelar tarifas y adelantarse a la fiebre del veraneante que hace que todas las tarifas suban.
Con un dólar a 15,25 promedio, la diferencia respecto del año anterior es del 13% -dólar tarjeta- mucho menos que la inflación actual y ni qué decir que ya no reina el 35% de aquella resolución de AFIP que nos encarecía las salidas al exterior.
Brasil es la gran vedette. Su devaluación es muy conveniente para los de acá y con precios en aéreos que rondaban los 4.600 hace un mes y 4.900 ahora, la ecuación cierra contemplando alojamiento y comidas por separado, pero también atractivos. Es decir los que contrataron de agosto a esta parte, incluso ganaron.
Vamos con los ejemplos de paquetes al exterior, los que registran menos del 10% de incremento respecto del año pasado. Crucero de 8 noches a playas de Uruguay y Brasil con pensión completa, $ 19.400. Río de Janeiro con vuelo directo y 7 noches en un 4 estrellas, 19.830 por persona.
Porto Seguro también una semana con vuelos y media pensión, $ 21.870. Punta Cana en tanto se consigue la semana por $ 22.530 a $26.920.
En cuanto a los vuelos, para Madrid, Londres o París se consiguen desde $ 12.800 a $ 14.560. A Miami desde $ 15.600 en pleno verano.
Pagar en pesos o en dólares es conveniente
“Las ventas para el verano se iniciaron hace un mes –coincidió Martín Romano, gerente de la agencia Atrápalo–. Pese a la devaluación, los costos no tienen grandes diferencias en pesos. Es porque se quitó el recargo del 35% y porque, al haber un panorama más claro, las líneas aéreas no bloquearon las tarifas promocionales, como sí lo habían hecho el año pasado.”
“Es cierto que algunos recuperaban el recargo, pero para muchos era parte del costo. En definitiva, viajar sigue siendo atractivo en pesos porque los precios subieron menos que la inflación; y también en dólares, porque los tickets se abarataron en esa moneda un 35% y el costo de vida afuera, con el cambio actual, resulta favorable”, añadió Marcelo Grether, director comercial de Avantrip.
En Turismocity, un sitio que compara tarifas de decenas de agencias, destacan que se consiguen pasajes a Miami por $ 10.000, a Europa desde $ 12.000 y a Río por $ 4.500. “Son oportunidades que hay que saber aprovechar. Con respecto a Brasil, el hospedaje sigue siendo más económico que en Argentina”, aseguran.
Brasil y Chile en punta
Con un real aún devaluado –sigue 40% más depreciado que en 2014– y rebajas por la crisis económica, destinos de Brasil como Río de Janeiro, Buzios y Florianópolis lideran ahora las reservas. Paquetes a Buzios de 7 noches con pasajes, traslados y hotel desde $ 8.400 son algunas de las ofertas que tientan. A Florianópolis, en tanto, se puede ir 10 noches con vuelo directo por $ 14.100 por persona.
Con valores competitivos, Chile también se prepara para recibir a más argentinos, además de los fans mendocinos que no piensan abandonar su playa dilecta. Si bien habrá un incremento de entre 30 y 40%, la cosa no será tan grave dados nuestros precios locales.
Un departamento de un dormitorio para tres o cuatro personas de una tarifa promedio actual de $ 35.000 pesos chilenos la noche, ascenderá a 50.000.
En la línea de la playa y en el sector de Cochoa, un departamento de las mismas características partirá de los $ 58.000 a $ 60.000.
Propiedades más grandes, de dos dormitorios y dos baños o dúplex para seis o siete personas, partirán de los $ 80.000 a $ 110.000 la noche en la línea de la playa. Para el 31 de diciembre, un departamento chico de una habitación para máximo cuatro personas, rondará los $ 200.000.
Para el caso de Uruguay, extendieron hasta abril los beneficios para argentinos, como la devolución del 10,5% de los alquileres y el “IVA cero” en los hoteles.
“La mayoría de los que consultan es gente que alquiló el pasado verano. Las expectativas son buenas porque mejoró la relación entre los gobiernos y por el tema cambiario”, indicó Jorge Díaz, titular de la cámara inmobiliaria de Maldonado y Punta del Este.
Entre los destinos lejanos, en tanto, Miami, Orlando, Cancún y Madrid aparecen hoy entre lo más demandado. En el caso del euro, actualmente el billete se consigue a $ 17,90. Subió sólo 12% en lo que va del año y un 18% frente a la cotización “tarjeta” de hace un año.
La lucha de los destinos nacionales
Es verdad que no todos pueden vacacionar en el exterior y que los destinos nacionales ya iniciaron la lucha –cuchillo en boca- para captar clientes.
La costa atlántica mostró sus dientes en la Feria Internacional de Turismo de Buenos Aires (FIT) y si bien nadie se anima a dar precios con certeza, desde la Cámara de Balnearios, Restaurantes y Afines de Mar del Plata (Cebra) se animaron con las carpas que estarán entre un 25% y un 30% más que el verano anterior.
A saber, por toda la temporada la carpa más top saldrá de diciembre a marzo $ 37.000 en Playa Grande y la sombrilla entre $ 27.000 y $ 29.000. Su contraparte la más económica, hacia el Norte, costará $ 19.000 y una sombrilla en La Perla, por nombrar un balneario cotizará a $ 15.000.
En los balnearios de moda del Sur, oscilarán entre $ 25.000 y $ 34.000 (una sombrilla, entre $ 20.000 y $ 27.000). En Punta Mogotes, la carpa saldrá de $ 19.000 a $ 24.000 con estacionamiento incluido.
Si bien sobre los alquileres hay un mutis, algunos dejaron entrever que no quieren que superen el 30% respecto del año anterior, otros arriesgan un 25% sin fisuras. “No queremos que por precios altos la gente se vaya a Brasil o a la Patagonia” decían en off.
Los más atrevidos sugirieron que una familia de 4 miembros encontrará alquiler en la Feliz por $ 15 mil la quincena.
Pinamar quiere re conquistar a su público
Pinamar llegó a la FIT con sus balnearios renovados y ecológicos, más playas y para todos, aseguraban. Pero también con estabilidad en precios –afirman que no superarán el 15 % respecto de enero último- y financiación en alquileres, una apuesta fuerte para reconquistar a los que la cambiaron por Brasil o Miami.
Respecto de los hoteles desde la comuna recomiendan un aumento promedio del 20% y un tope del 25%, ya que este tipo de alojamiento sufre mayor presión fiscal. Mientras, para carpas y sombrillas se busca que el incremento no sea mayor al 20%.
En total reconstruyeron 23 paradores históricos con deck de madera, conceptos sustentables y eliminación de cemento para hacer crecer las playas que no tendrán ninguna exigencia –como de tener carpa alquilada- para que cualquier familia o grupo pueda disfrutarla.
Dados los buenos números de los últimos fines de semana, Pinamar, Cariló, Valeria del Mar y Ostende, todos parte del mismo municipio, se sienten confiados.