Mientras esperaba el tren en la Stazione Centrale de Milán para viajar a Lugano, Suiza, me robaron la cámara digital y un poco de efectivo que llevaba en la billetera. Compré una cámara descartable para el resto del viaje y partí rumbo al norte en el tren Cisalpino.
La vía férrea pasa por Monza, donde se disputa el Gran Premio de Italia de Fórmula 1. Luego bordea la ciudad de Como y su lago donde famosos tienen casa de veraneo, entre otros, Bono y George Clooney. Una hora y cuarto más tarde llegué a la ciudad de Lugano, famosa por su belleza y su clima cálido con colinas verdes junto a las aguas del lago. No es Zona Euro; tuve que comprar Francos Suizos, más caros. Es la ciudad más grande y turística del Cantón del Tesino, una zona con influencia italiana. Es pequeña, ordenada y agradable para caminar.
Desde la estación de tren seguí la inclinación descendente de las calles hasta que llegué al borde del bello lago homónimo. El paseo costanero y el Parque Cívico Ciani son aprovechados por sus habitantes para salir a correr, caminar o sentarse a disfrutar el paisaje. Destaca la silueta del monte San Salvatore al que le llaman el Pan de Azúcar suizo por su parecido con el cerro carioca. Es el emblema de Lugano y mide 910 metros. Se accede a su cima en un funicular que demora 12 minutos. Se toma en la Vía delle Scuole a cuatro cuadras del lago en la zona residencial de Paradiso. La panorámica de 360 grados desde sus terrazas corta el aliento. Hay una pequeña iglesia que era lugar de peregrinación en el siglo XIII.
Es posible tomar sol en playas como la del Lido y hacer actividades acuáticas con opciones para recorrer las frías y cristalinas aguas. Se puede rentar una canoa a remos o un bote a pedales en embarcaderos emplazados a lo largo de la costanera. Desde la terminal de ferry Lugano-Centrale parten las embarcaciones a motor más grandes y confortables. Si hablamos de Suiza, hablamos de relojería de alto nivel. Para los amantes de estas máquinas de medir tiempo se recomienda ir a la tradicional Casa Bucherer, una tienda donde se puede conseguir desde un cucú hasta los más finos relojes de pulsera. Está en la Piazza Carlo Battaglini a metros del lago.
Este pequeño país es también sinónimo de chocolate. Dos de las tiendas más destacadas son Läderach y Vanini que está a metros de la Piazza Riforma donde el surtido y el aroma hace agua la boca pero atenta el bolsillo. Suiza es cara en general.
Justo del otro lado de la bahía que forma la ciudad está el Monte Bré que también ofrece avistajes y se accede en coche, a pie o en funicular. Las arterias principales son la vía Pelissa y la vía Nassa. En la Piazza Rifforma hay cafés y se encuentra el Ayuntamiento.
La Catedral de San Lorenzo está en una loma con vistas al lago. El nivel de vida de esta urbe es tan elevado como el de todo el país helvético y además combina perfectamente la amabilidad y el respeto con el carácter abierto de los italianos.
A tener en cuenta
Tren de Milán a Lugano: 25 dólares
Funicular Monte San Salvatore: 30 dólares
Paseo en barco por el lago día completo: 50 dólares
Caja de bombones: 30 dólares
Café en Piazza Rifforma: 3,5 dólares
Funicular Monte Bré: 25 dólares