El balonmano mendocino es sinónimo de expectativas y sacrificio. Mucho sacrificio. Además, atraviesa un momento delicado por lo sucedido en el Argentino de Chapadmalal y la posterior sanción a jugadores, entrenadores y dirigentes. Sin embargo, aun cuenta en sus canchas, más precisamente en la de Regatas, con una jugadora que se resiste a abandonar su tierra y sus vínculos, para así también fortalecer y fomentar el crecimiento de este deporte a nivel local.
Macarena Sans, a pesar de sus 22 años, es una de las máximas referencias al momento de pensar en La Garra, cuyo año concluyó con la clasificación al Mundial de Japón y el segundo puesto en el Panamericano de Maceió, donde sucumbió ante Brasil, la potencia sudamericana.
Maca no descansa. Su vida pasa por el 40 por 20 y las manos llenas de pega. Siempre tiene presente a sus padres con su tatuaje en el brazo, que señala la fecha de nacimiento de ambos. Se resguarda del intenso calor de la Ciudad y se toma un breve descanso después de tanta actividad. En una entrevista con Los Andes, repasó diversos aspectos del deporte.
-¿Qué balance haces de este año?
-Este es el octavo año que juego en la selección y voy rumbo al noveno. Muchos años y mucho sacrificio. En los Odesur logramos la clasificación a Lima y tuvimos el Panamericano hace poco, cuando en realidad se juega en el mismo año del Mundial. Este debería ser el año más tranquilo del ciclo olímpico. Entrené y viajé un montón a Buenos Aires para estar con la selección.
-¿Cómo se hace para ganarle a Brasil?
-Entrenando duro y siendo profesionales, como estamos haciendo, pero también tenemos que estar convencidas. La última victoria que yo recuerdo fue en 2009. Siempre estamos ahí, aunque falta. Si de diez veces, perdemos nueve, no hay confianza, pero a la vez no tenes nada que perder. Es un trabajo en conjunto con lo anímico y lo físico.
-¿Cómo ves a las otras selecciones?
-Se nota el crecimiento de Paraguay, Uruguay y Chile, sobre todo esta última, que en el Panamericano del año pasado clasifico al Mundial. Jugar contra ellas ya no es tan sencillo.
-¿Cómo vienen las chicas en las otras categorías?
-Contenta porque estamos sostenidas por una camada que está preparada, por ejemplo la mendocina Ayelén García, que es de San Rafael y juega en River.
-¿Pudiste ver algo del Sudamericano de menores y cadetes que se disputó en nuestra provincia?
-Vi algunos partidos de cadetes. Los chicos hicieron todo excelente. Lo de las chicas fue distinto porque no le encontraron la vuelta. Hablé con las entrenadoras y estaban destruidas después del último partido porque hicieron todo lo que estaba a su alcance. Son chicas muy chicas y es difícil afrontar una competencia así de difícil, además de que no hay torneos previos con la selección antes de semejante certamen.
-Eduardo Peruchena se fue y Dady Gallardo, que estuvo con Los Gladiadores, se convirtió en el nuevo director técnico de la selección femenina. A pesar de que lleva poco tiempo, ¿qué diferencia notas?
-Gallardo está haciendo el proceso muy similar al de los varones, con las diferencias necesarias aplicadas a nosotras, ya que el juego en el femenino es un poco más lento. Pero apenas lleva tres meses, tiempo donde tuvimos que afrontar el Panamericano en Maceió. Dos semanas antes del mismo tuvimos que aprender sus nuevas estrategias. En ataque, por ejemplo, eran 22. Se nos complicó tener tan poco tiempo, pero yo creo que tuvimos un buen rendimiento a pesar de todo.
-Regatas gana torneos muy seguido, están compitiendo muy bien contra equipos de Buenos Aires y este año, por fin, pudieron alcanzar el podio en el Nacional de Clubes A
-En el club, ese torneo es el más importante, sin dudas. El objetivo era llegar a la final para clasificar al Panamericano de Clubes, pero perdimos la semifinales por un gol contra Dorrego, que en la final le ganaron a Ferro, que era el último campeón. Más allá del resultado, jugamos buen handball. Para salir terceras fuimos al alargue y después de eso a los penales, donde pudimos ganar.
-¿Por qué existe esa diferencia entre el club del Lago y el resto de los equipos en la Liga de Honor de Damas?
-Desde muy chicas teníamos a Christian “Chachi” Stahringer, que nos hacía entrenar mucho para suplir esa falta de competencia a nivel local. Por eso siempre tratábamos de cumplir con los entrenamientos, que a veces eran a las 6 de la mañana, porque a algunas se les complicaba por trabajo o estudio.
-¿Qué significa "Chachi" para vos?
-Las personas que me conocen saben el aprecio que tengo por él. Es como un hermano. Tenemos una relación muy linda. Me formó como jugadora. Fue uno de los pilares junto con mi familia y el entrenador que más me marcó. Daba todo para que yo pudiera alcanzar mis metas y lo extraño por todo lo que vivimos. Hace tres años se fue a España, estuvo en dos clubes y ahora es coordinador del club Martorell, donde está haciendo un trabajo muy bueno. Me pone feliz que haya crecido como profesional.
-¿La falta de competencia coopera con la poca difusión?
-Desde nuestra asociación tendría que haber un cambio para que haya competencia todos los fines de semana, para generar un crecimiento y los jugadores estén motivados para ir a entrenar. Después de eso, el apoyo de los medios y la difusión vienen solos. Para difundir, tiene que haber algo que sea un buen espectáculo.
¿Por qué no vas a jugar a Buenos Aires para tener más competencia y más ritmo?
-Si me voy a otro lado, quisiera irme a jugar al exterior, principalmente a España por el idioma, la buena liga que tiene y las costumbres. No iría a Buenos Aires porque en Regatas podemos llegar a tener su nivel. Además, si todos los jugadores de la selección nos vamos a jugar afuera, el nivel local nunca crece.
Siempre pienso que el jugador debe estar en su provincia, pero también está la desventaja de que te estanques. Está esa doble visión. Si te vas, creces a nivel profesional, aunque acá está la familia y el amor por el club. Hay que tratar de sumar desde el lugar de cada uno y así intentar que crezca.
-Además de que jugar y competir en Europa requiere de un nivel más alto, que te lleva al límite del desgaste físico...
-Ya es sabido que el deporte de alto rendimiento no es salud. Tengo 22 años y tengo dolores de una persona que tiene muchos más. Así les pasa a todos los deportistas, pero son los gajes del oficios.
-Desde que estás jugando al handball, ¿ves alguna mejora con respecto a la inversión gubernamental?
-A nivel nacional, la creación del Enard fue un cambio increíble.
-¿Qué sentiste al enterarte de la sanción a los jugadores de Mendoza luego del escándalo en Chapadmalal?
-Es un tema muy complejo, me he mantenido al margen y opino desde afuera. A mí no me entra en la cabeza que se haya jugado a perder. No lo entiendo. ¿Cómo se le puede ocurrir a una persona jugar así? Va en contra de cualquier valor. Es una falta de respeto al rival y a uno mismo que entrena muy duro. En el club nos ha afectado mucho la situación, porque cuatro compañeras están sancionadas y no van a poder jugar. Todos tienen responsabilidades. Algunos son más o menos responsables.
Aunque no por eso hay que liquidar a los chicos implicados. No sabemos cuál realidad tiene cada uno y cómo es su vida. Además, metes en el freezer al balonmano mendocino por un año porque hay clubes que no pueden completar la planilla al haber tantos sancionados. Lamentablemente es lo que establece la ley. Si el entrenador me llega a pedir algo así, le doy la camiseta y no entro a la cancha.
-Como deportista y como mujer, ¿qué pensás de este momento donde hay más conciencia de que se debe hablar y denunciar cuando corresponde?
-Me parece buenísimo que la mujer tenga voz y empiece a animarse y a decir las cosas, porque sabemos que antes eso no pasaba. Hay un movimiento muy grande en la sociedad y está bien. También, hay algo más allá del género, porque como personas en general tenemos que empezar a vivir de otra manera.
Estamos pasando un momento muy delicado en muchos aspectos y hay una pérdida de valores enorme y para mí el deporte es una de las herramientas fundamentales para que podamos salir adelante, porque te enseña un estilo de vida que ninguna otra cosa en el mundo te lo da.
-Tu familia está acostumbrada a tu ritmo de vida, ¿pero cómo lo ha asimilado tu entorno en general?
-Es difícil, porque de pronto me voy a entrenar Buenos Aires tres semanas o un mes y no estoy para ningún cumpleaños, ninguna reunión. Por ejemplo,el año pasado no estuve cuando nació mi sobrino. Por suerte soy una agradecida de las personas que me rodean. Tengo amigas que son mis hermanas y desde el primer día me apoyan. Tanto ellas como mi familia siempre me tratan como si el tiempo no hubiera pasado.
-¿Qué aspiras en el futuro, tanto en tu vida personal y en el deporte?
-Deseo que lo que haga, en lo que sea, tenga como meta buscar la felicidad y poder aprovechar cada momento. Tratar de ser mi mejor versión, siempre, y valorar todo lo que tengo. El deporte me ha permitido vivir cierta experiencias y personas que han estado en lo más alto y lo más bajo del profesionalismo.