Clásico para la historia. Derby para la eternidad. Inolvidable. Antes y durante el partido, fiesta en las tribunas, decorado con un desarrollo galopante, cambiante y feroz. Puro vértigo y adrenalina.
Pudo ser de Gutiérrez por ese Tanque imparable que es Nicolás Gatto. Simplemente por su as de espadas (el ex Maipú) lo dio vuelta en el primer tiempo y exclusivamente por su presencia en cancha soñó hasta el último segundo con un empate que jamás llegó.
Lo ganó Maipú porque cometió menos errores que su eterno rival. Se lo llevó el Cruzado por esa ráfaga de furia de otro goleador serial como Matías Persia, quien apenas apoyó sus botines en el césped, en la primera que tocó la mandó a guardar. ¡Y fue a los 10 segundo del complemento!
Derechito al libro Guinness...
El primer tiempo había sido de ida y vuelta. Palo y palo. De movida, Santi González anunció que iba a tener una gran tarde. El pibe, un crack de 18 años, le sirvió el gol a Vuanello pero el ex Gimnasia le pegó con el diario de bolsillo. Y en la siguiente, otra vez por izquierda quebró la cintura, metió un centro de la muerte, remató Vuanello, rechazó Lucas Díaz pegó en Costella y adentro: 1-0.
La jerarquía de Gatto para conectar un córner de volea y ponerla en un rincón empardó el resultado. Y el Cruzado se llenó de dudas. Crecieron Emma Díaz y Agustín Sanfilippo, Joan Juncos acompañó con una preciosa volea que se fue apenas ancha y, acto seguido, Rudisi casi la mete en contra de su arco.
Era la el momento del Celeste. Y en eso, Elio Díaz entendió que había que meterla al área, Gatto anticipó a la Tota García y toque suave que contó con la complicidad de una floja resistencia de Pelayes. Se daba vuelta la taba (2-1) y a los hinchas del Cele se les dibujaba una amplia sonrisa en el entretiempo. Claro, no imaginaban que el equipo entraría dormido (o mejor dicho, no entraría) al segundo tiempo.
El que sí ingresó por el medio solito y solo fue Matías ‘Príncipe’ Persia. Una vez. Dos veces: 3-2 para el Cruzado que aún jugando 40’ con diez (expulsado Rudisi) se ordenó, armó un 4-4-1 impenetrable y contó con la suerte de su lado. De hecho, el palo y el travesaño lo salvaron de sendos remates de Gatto. El Príncipe se convirtió en Rey.
Agredieron a los hijos del titular de Gutiérrez y hubo disturbios
El horno no estaba para bollos en el estadio General Gutiérrez. Cuando el bahiense Testa marcó el centro del campo, los jugadores de Maipú esbozaron un tibio festejo y se metieron en los vestuarios.
Y si bien el ambiente podía cortarse con un cuchillo (Gutiérrez perdió el clásico y quedó último en la tabla), nada hacía presagiar lo que finalmente sucedió.
Un grupo de hinchas caracterizados de Gutiérrez fue en busca de los dirigentes del Cele que caminaban hacia la zona de vestuarios. En eso, uno de ellos comenzó a insultar al presidente y a sus familiares (su hermano y sus dos hijos), quienes respondieron a los improperios y dos de los fanáticos agredieron con golpes de puño a Marcos y Carlos Quiroga, hijos del titular del club gutierrino.
Se desató una batahola entre la policía y los violentos que se tradujo en corridas, balas de goma y gases lacrimógenos. En el lugar había ancianos, mujeres y niños. Lamentable.
"La gente está molesta porque se perdió contra Maipú y tiene razón. Pero hay gente mala que nos atacó y les pegaron a mis hijos Marcos y Carlitos. Es un desastre", comentó Carlos Quiroga, el titular del Perro, en diálogo con Más Deportes.
-¿Pudieron identificar a los agresores?
-Sí, los tenemos identificados. Son Longo y ‘el Porteño’. Ellos fueron los que les pegaron a mis dos hijos.
-¿Esas personas son de la barra brava del club?
-Sí, los dos son de la barra.
-¿Cómo están sus hijos?
-Están golpeados y muy mal de ánimo. No somos gente de andar en problemas ni mucho menos.
-¿Van a hacer la denuncia correspondiente?
-No, ya vamos a ver. Primero nos vamos a enfriar un poco y vamos a ver qué hacemos. Pero alguna medida vamos a tomar.
-¿Fue la peor manera de terminar una semana bastante complicada?
-Sí, ha sido bastante complicada. En realidad, el campeonato ha sido muy difícil. Realmente no nos merecemos estar donde estamos.
-¿Es verdad que lo llamó a Luis Pezzutti para que los ayude con el tema fútbol?
-Sí, pero no sólo llamamos a “Cachi” (Pezzutti). Estamos llamando a la mayoría de los dirigentes porque se fueron todos y con mi hermano nos hemos quedado solos.
-¿Usted tiene intenciones de dar un paso al costado?
-Lo voy a pensar porque la verdad que estoy muy molesto con que les hayan pegado a mis hijos. No nos merecemos esto. Encima que trabajamos y ponemos dinero en el club, nos agreden.
-¿Cuánto le salió abrir el estadio a Gutiérrez?
-Entre 85 y 90 mil pesos.