Yo me equivoqué y pagué... pero la pelota no se mancha". Lo dice Juan Palomino, un "10" de parecido shockeante, que abraza a "su" Dalma y a "su" Giannina, cintura de 200 centímetros encorsetada en una camiseta de Boca Juniors. Estamos en la Bombonera, cerrada especialmente para el rodaje de la serie de Amazon, "Maradona, sueño bendito", y ya no sabemos qué es real y qué cuento. Todo está clonado tan perfectamente que volvemos a esa despedida de noviembre de 2001. Ante el tanque biográfico en acción, el estadio no tiembla, ni late: una escala de Richter ahora mismo registraría un sismo.
Ni Pelé, ni Cruyff, ni Di Stéfano, ni Puskas. Jeff Bezos, el fundador de Amazon, eligió al hijo de Doña Tota para una megaficción internacional rodada junto a las productoras BTF, Dhana Media y Raze. Mamushka infinita, imposible, Diego Armando nos hace pensar en la necesidad de 20 temporadas de serie para reducir su vida de -hasta ahora- seis décadas. El Diego Cebollita, El Bichito Colorado, el atlético enrulado de la azul y oro auspiciada por Vinos Maravilla, el europeizado, el "tano" del sur más postergado, el Leproso, el indestructible del Estadio Azteca, el de las piernas mutiladas, el del regreso a Boca con toreo a Julio César Toresani ("Segurola y Habana 4310"), el "cubano", el de la descompensación en Uruguay, el DT en Sinaloa, el jeque en Dubai o el tripero en La Plata. Desesperante biopic.
El mar infinito de datos apenas cruzamos el salón Filiberto de Boca Juniors, ametralla. La aventura llevó tres años, dos de preparativos de producción y uno de castings. Palomino tuvo que comer hasta el hartazgo y llegó a pesar 120 kilos para el rol. Son cuatro los Maradona en los que se posará la cámara (Nicolás Goldschmidt y Nazareno Casero representaran desde los 15 hasta los 40 años del "10". Y hay uno más pequeño, un "Pelusa niño" cuyo nombre no trascendió). Los capítulos tendrán una hora de duración y serán -juran los productores- "como películas". Los escenarios: Argentina, España, Italia y México.
¿Estamos ante una "historia oficial" como, por ejemplo, la de Luis Miguel, que noqueó con cuestiones personales que ningún biógrafo había publicado? En principio, sí. El ex futbolista y su abogado, Matías Morla, amasaron la idea junto a los productores durante tres años. "Es una producto honesto, no le escapamos a ningún tema. Diego es una persona valiente e irreverente, con huevos, y no podemos dejar de contar la historia desde ese mismo lugar", explica en un recreo del rodaje el showrunner (autor y productor), el argentino Alejandro Aimetta. "Diego no nos limitó. Lejos está de escaparse de algún tema. Tiene la valentía de exponerse. No se trata de contar a un bueno o a un malo, sí al que no se contó".
¿Cómo se va a lograr reproducir el juego de Maradona en la cancha, ese que desafiaba a las leyes de la física? ¿Quién puede clonar a ese bípedo equilibrista? ¿Quién emularía sus peripecias si no es Lionel Messi? "Tenemos distintos sistemas narrativos, dependiendo de cada una de las etapas. La etapa infantil y juvenil de Diego era el fútbol más puro, de barrio, potrero, por ejemplo, y ahí hay muchísimo entrenamiento con chicos, dobles de juego, animación por computadora", detalla.
Un periodista brasileño pregunta por Pelé. "Pelé va a estar", anticipan por lo bajo sobre la recreación de una suerte de archienemigo como Edson Arantes do Nascimento. Pero la trama va entrañas más adentro de las proezas deportivas. Estará el capítulo filmado en el Estadio Azteca, con la mano de Dios y el barrilete cósmico incluidos, aunque la esencia del producto es bucear en la psicología del personaje. El desafío de entrar en la cabeza de Maradona. "No es solamente la historia de un astro. Es la de un padre, un hijo, un amigo, de un hermano", avisa Guillermo Salmerón, el otro de los escritores junto a Silvina Olschansky (ambos guionistas en El marginal).
Un contingente de prensa extranjera camina los pasillos de la Bombonera a pura pregunta. Se cruzan con la actriz que encarnará a "Doña Tota" y piden un equivalente hollywoodense. Alguien le comenta que Mercedes Morán es "nuestra Meryl Streep argenta". Mercedes se ríe por la comparación. El desafío es grande: hacerse carne de la dulzura de esa madre curtida por la pobreza que se retiraba de la mesa a la hora de la cena. El propio Diego lo contó así alguna vez: "Yo no entendía por qué le dolía siempre el estómago a la vieja. De grande entendí que era mentira. Tota decía eso para que alcanzara la comida".
Armando a Maradona
Material fílmico donde investigar, hay de sobra. Desde la cámara que captó la esencia maradoneana en el documental "Maradona por Kusturica" (2008) hasta el documental "Diego Maradona, rebelde, héroes, Dios", del inglés Asif Kapadia (2019). Pero ahora hablamos de ficción de largo aliento basada en la realidad. O al menos en la historia que cuenta el protagonista. Claudia Villafañe, expectante. Ya avisó que si se falta a "la verdad" o si su personaje queda "mal parado", accionará legalmente y contará en su serie la verdadera historia.
Fiorito, la casa posterior de Villa del Parque, el barrio al que se mudó en Barcelona, la atmósfera napolitana donde construyó el mito sureño contra los poderosos del Norte.
Todo estará retratado fielmente. "La clave de todo es el origen", explica Aimetta, que hasta aquel momento del rodaje no tuvo contacto con Maradona más que virtualmente.
“El origen que tuvimos muchos lo hace diferente. Es imposible no quererlo en ese sentido, más allá de que podés no estar de acuerdo, y de que a lo largo de su vida fueron muchos conflictos los que tuvo. No deja de representarnos, tanto en lo bueno como en lo malo”.
Casero Jr, 33 años, hincha de Comunicaciones, el "Diego segundo", el del Mundial '86, cuenta que una vez jugó al fútbol con él y con Evo Morales. Fue en La Paz, a 4.200 metros de altura, para recaudar fondos tras un alud. "Su aura, quieras o no, te salpica", cuenta cuidándose para no quebrar el pacto de confidencialidad firmado con Amazon.
Para este rol, admite recibió "cierta bendición" de Diego.
Pepe Monje, Don Diego, o "Chitoro", como llamaban al padre del "10", interpretará al papá de "los tres Diegos". Él y su esposa en la ficción, Morán, filmaron en el cuarto original del matrimonio, en la casa que les otorgó Argentinos Juniors en aquel momento.
Para ella, “Doña Tota no está narrada desde una dimensión sagrada” como suele contarse. “Esa familia era claramente un matriarcado, donde la ley la imponía ella, y Don Diego se mostraba más sensible y permeable”.
Silvina Olschansky, la coautora, aporta su mirada limpia de fútbol. "No me gusta ni me interesa ese deporte y eso me da la posibilidad de una óptica distinta", explica. "Estamos ante lo que parece un superhombre, pero en su figura se visibilizan cosas comunes que la sociedad escondía".
“Contamos a un hombre que, para elegir la ropa, por ejemplo, cuando ya era un astro tenía que señalar desde un auto lo que quería de la vidriera, porque no podía bajar ante la euforia de la gente”, grafica Salmerón. “Estaba en un lugar y tenía que ser rescatado por los bomberos. Odiado en una ciudad, amado en otra. Lo complejo es contar a Maradonas múltiples”.
A Julieta Cardinali le toca en suerte plantarse como uno de los grandes ejes de la historia, Claudia adulta (la adolescente está interpretada por Laura Esquivel), esa mujer que acompañó, apuntaló, sostuvo. Más que detrás de un hombre, Villafañe estuvo delante. "Fue víctima del machismo de una época y fue esa mujer no sumisa a la que admiro como una fuerte madraza, de gran temple", dice. "Me toca el desafío de interpretar a la esposa de alguien más complejo que un ídolo de rock".
Palomino, el que increíblemente mutó
Pocos recuerdan que lo que se está filmando hoy es el partido despedida en el que el seleccionado argentino dirigido por Marcelo Bielsa venció al Equipo de las estrellas por 6 a 3, con dos goles de Maradona. (Para el rival marcaron el croata Davor Suker, el francés Eric Cantona y el colombiano René Higuita). Desde la tribuna, alientan cien extras. Desde la platea es imposible no estremecerse con el parecido de gestos y de fisonomía de Palomino maradonizado.
"Empecé el casting con 89 kilos, comencé a engordar para el papel y se dispararon algunos valores en los análisis y no la pasé tan bien. Estar excedido de peso me hizo entrar en un mundo que desconocía, lo complicado de encontrar ropa si necesitás talle grande y le mirada del otro, del ciudadano común que tal vez se burla", advierte detenida la grabación, con dolor de rodillas.
A los 58 años, el actor platense que debutó en cine en 1986, en "La noche de los lápices", en 1986, no tuvo contacto con Maradona. Lo más cercano a él fue el rodaje de un filme independiente en el que participaba Dalma. Todavía no toma dimensión del alcance que tendrá su imagen. Acciona con la inocencia del que no sabe que su nombre llegó ya a los diarios de Bután, Siberia y Turkmenistán.