Marina Calabró a estas alturas sería algo así como un... ¿papelón? De a poco, y en el largo proceso de su vida, habría ido metamorfoseando su actividad laboral de maneras ¿insospechadas? Su historial podría reducirse así: de socióloga y alta pensadora a vedette con conchero para la próxima temporada de verano.
En el medio de esta metamorfosis no es que no pasó nada, ¡no!: Calabró fue quitándose prendas, agregándose prótesis y buscándose una pareja bien ‘tuneada’, bien a su estilo.
Hoy, en este presente que la encuentra más joven que cuando nació, y un lomazo que la genética nunca le habría dado, ella se sintió con ganas de ¿automirarse, contemplar su obra máxima? y dejarla retratada en unas fotitos de celular para... ¿quién sabe?: ¿mirarlas cuando se le baja la autoestima? Nosotros creemos que no: que la ‘pensadora’ no da puntada sin hilo.
Resulta que esas autofotos (escandalosos desnudos, con el pubis en primer plano, que ninguna de las más osadas faranduleras se hubiera atrevido a hacer) se “filtraron”. Y ayer pasaron dos cosas que son ¿coincidencia?: el abogado de Marina mandó una carta documento a todas las redacciones de los medios web para que dejen de mostrar esas fotos.
Pero también ayer, y por la pantalla de “Intrusos” que enchastra a todos pero que jamás hizo mención a las fotos de la panelista, ella contó... ¡chocha! que la han invitado a ser parte de uno de los espectáculos de la temporada. Sus compañeros la gastaron un poquito: “te eligieron por tus fotos en malla”, “usá conchero”, le tiraron. Ella, en-can-ta-da. Qué feo cuando te manipulan tanto, tanto, ¿no?