1-Los pasos sevillanos
Hace más de cinco siglos que se celebra la Semana Santa en Sevilla. La usanza marca que más de 50.000 personas se visten de nazarenos para desfilar en las 58 procesiones. Otros de los protagonistas son los costaleros, es decir, los que cargan sobre sus espaldas las imágenes religiosas denominadas pasos.
Durante estas jornadas santas, las cofradías andan en procesión por las tardes y las noches. Cada una sale de su iglesia y tiene establecido su propio recorrido, aunque todas deben pasar por la llamada “carrera oficial”, que empieza en la calle Campana.
La fe se manifiesta también en los cánticos, concretamente las saetas, que son melodías flamencas que cantan los participantes y a los que se unen los vecinos asomados a sus balcones.
El punto cúlmine de las celebraciones tiene lugar el Viernes Santo. Es que ese día sacan a las imágenes más veneradas, como el Jesús del Gran Poder, la Macarena, la Esperanza de Triana o el Cristo de los Gitanos y recorren la ciudad toda la noche.
Si bien las procesiones pueden verse en diversos puntos urbanos, vale decir que en la zona de la carrera oficial disponen sillas y palcos para el público local y los turistas. Sin dudas se trata de uno de los festejos más emotivos.
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2-Salamanca y su universidad
Las procesiones y las cofradías también tomarán las calles del Centro Histórico de Salamanca del 9 al 16 del próximo mes, tal como se acostumbra. Al igual que en otras ciudades españolas los integrantes de las hermandades usan sus trajes característicos para estas fechas.
Vale decir que son múltiples las celebraciones religiosas que tienen lugar durante los días de abril. Entre ellas se destaca la de Los Oficios, que tiene lugar el Jueves Santo en la capilla de la vieja Universidad.
Es muy particular ya que se produce una mixtura entre lo meramente litúrgico y lo académico debido a que participan todos los profesores de esa mentada casa de altos estudios, ataviados con las galas académicas. Como corolario de cierre, se agasaja a los asistentes con la tradicional merienda a base de chocolate y dulces.
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3-Palmas artesanales en Elche
El domingo de Ramos es el momento más destacado en Elche. El comienzo de la Semana Santa, justo cuando se recuerda la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, convoca la participación popular. Desde finales del siglo XIV es tradición que los ciudadanos recorran la ciudad con palmas elaboradas artesanalmente, acaso remedando el saludo con las ramas de olivos.
Es importante destacar que éste es el único lugar del mundo en el que pervive la costumbre artesana de la palma blanca. Inclusive se exportan a otros países.
Para hacerlas, utilizan las ramas de las palmeras que, después de ser tratadas, se trenzan transformándolas en vistosas formas y figuras llenas de creatividad. Cada año se hace una muestra en el Ayuntamiento para que el pueblo y los turistas puedan apreciar la belleza de estos trabajos artesanales. Además, hay un concurso en el que se eligen las más lindas.
4-Blancos y Azules en Lorca
Una verdadera fiesta de Interés Turístico Internacional es la Semana Santa en Lorca. Se la conoce con la denominación “Blancos y Azules”, en alusión a las cofradías más importantes que tienen una marcada rivalidad.
El Jueves y el Viernes Santos, estos dos grupos deslumbran en la procesión barroca en una suerte de competencia. Los blancos se agrupan en torno a la Virgen de la Amargura, mientras que los azules tienen por patrona a la Virgen de los Dolores.
La Carrera es el nombre del gran desfile. De él participan los ciudadanos vestidos de emperadores romanos, tropas egipcias, dioses romanos en pesadas carrozas, cuadrigas y caballistas.
Por supuesto que también llevan esculturas de vírgenes con mantos de exquisitos bordados y lujosos estandartes.
5-Liberación de un preso en Málaga
En Málaga se acostumbra indultar a un preso. Así, uno de los momentos más conmovedores es cuando la figura de Jesús da su bendición al recluso elegido.
Las cofradías y hermandades han atesorado por siglos arte barroco y enseres procesionales que se aprecian en las calles. El espectáculo despierta todos los sentidos. En los desfiles aparecen miles de nazarenos y penitentes que van dando luz y color con sus cirios y vestimentas, marchas procesionales al compás de la música sacra y aromas a incienso y a flores que completan el panorama sensorial.
Es importante destacar que algunos de los tronos que desfilan no salen de las iglesias pues no caben por sus puertas, son auténticas capillas andantes de hasta más de 5.000 kilos mecidos por decenas de portadores.
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