A medio siglo del primer gran hito en la historia de Gimnasia

Se cumplieron 50 años de la final que el Lobo le ganó a San Martín 1-0, con el mítico gol de Carlos Aceituno. Fue el pasaporte al primero de sus nueve participaciones en los viejos Nacionales.

A medio siglo del primer gran hito en la historia de Gimnasia
Aceituno ya colocó el balón por encima de la humanidad de Reggi y el pueblo mensana se prepara para un festejo que se volvió inolvidable.

Fueron dos finales; dos. Y con la curiosa diferencia de 24 horas entre uno y otro encuentro (algo impensado para estos tiempos). El sábado 18 de julio y el domingo 19 de julio de 1970. Sin dudas, se trataba un choque de estilos. De un lado, la mística ganadora de San Martín, un equipo de hombres que contaban con la experiencia de haber participado en los Nacionales del ’67 y ’69. Del otro, el incipiente juego vistoso del Gimnasia de “Los Compadres” que enarboló la bandera del fútbol mendocino a principios de la década del 70.

Tras haber obtenido el “Torneo de los 4” con puntaje ideal, luego vencer a Godoy Cruz, Independiente Rivadavia y Atlético Palmira, el León estaba otra vez en las puertas de volver a representar a Mendoza frente a los grandes de Buenos Aires. El Lobo, campeón de la temporada anterior, mostraba una regularidad asombrosa y un grupo humano solidificado con varios de los integrantes de su plantel en la cresta de la ola.

El primer partido se disputó en cancha de la Lepra y finalizó igualado sin goles. La gran revancha, al día siguiente, fue en cancha del Tomba. El partido pintaba para otro 0-0, cuando sobre el final del mismo vinieron dos sucesos históricos: el inolvidable y mítico gol de cabeza del “Cachorro” Aceituno y la gran atajada de Ciro Lucero sobre el final del partido ante un remate fortísimo con destino de red del tucumano Fabián González, capitán del Albirrojo.

“Gimnasia al Nacional”, tituló Los Andes en la tapa del suplemento deportivo de aquel lunes 20 de julio de 1970. Tres fotos importantes decoraban la portada: en la parte superior la típica foto con los 16 futbolistas formados que conquistaron la hazaña; en el centro una de Víctor Legrotaglie, jugador símbolo de la institución, junto al “Polaco” Torres, parado en la carrocería de una camioneta como parte de la caravana que armaron los hinchas. “Dale Lobo, al Nacional”, rezaba el cartel que tiene el dibujo de un Lobo con la camiseta de Gimnasia y una pelota. En la parte inferior, la instantánea eternizada: el momento del golpe de cabeza de Carlos Aceituno que superó la humanidad de Reggi y se transformó en el 1-0 de la clasificación al primero de los nueve nacionales que disputó el Lobo entre 1970 y 1984.

La crónica habla de un partido planteado inteligentemente por el Lobo. Es que a su conocida capacidad de manejar el balón en el medio, le sumó una dinámica encomiable para cortar los circuitos futbolísticos de San Martín: Tebez, Márquez y Ambroggi sufrieron la falta de espacios para maniobrar debido al pressing asfixiante del equipo de Martín García. El Chacarero “no pudo desarrollar su acostumbrado juego de aquietar la pelota y proyectarla hacia la zona ofensiva”, analizaba el cronista de este diario hace 50 años.

Además -cuenta Los Andes- la defensa de Gimnasia estuvo muy sólida, aunque Castellanos apeló en varias ocasiones a las faltas para contener a Barroso, Fernández, Salguero y compañía. San Martín tuvo un par de chances vía Ambroggi y Fernández. En la primera, el remate del “10” se fue apenas ancho y, en la segunda, el arquero blanquinegro se lo negó con una estupenda tapada. ¿Gimnasia? Tuvo una ocasión vía Aceituno: el ‘9′ entró al área, Reggi le tapó el ángulo de remate y su remate se fue junto al palo.

Luego de un primer tiempo friccionado, disputado y sin mayores emociones, el telón del primer acto se bajó con el marcador en blanco.

San Martín salió más decidido al complemento. La movilidad de Fernández, Barroso y Salguero comenzó a complicar la tarea de la defensa del Lobo, que volvió a caer en la pierna fuerte ante la pasividad arbitral. Lucero tuvo que trabajar más de la cuenta para quedarse con un cabezazo de Tebez, y a los 34′, el juez Antonio Da Dalt le anuló un gol a Salguero por una clara posición adelantada.

El partido se moría y todo hacía suponer que blanquinegros y sanmartinianos dirimirían el pasaje al Nacional 70 en dos tiempos de 15 minutos. Sin embargo, a los 38′ Luna se escapó a toda velocidad por su andarivel y envió un centro por elevación en dirección a Aceituno. Reggi salió, titubeó, se quedó a mitad de camino y el centro delantero “mensana” metió un impecable cabezazo de emboquillada que se transformó en el gol del pasaporte al Nacional, uno de los tantos más gritados por los hinchas de Gimnasia y Esgrima en sus casi 112 años de historia.

Después, San Martín se desesperó por conseguir el empate. Y la única posibilidad concreta que se le presentó la tuvo en sus pies Fabián González, pero nuevamente se opuso la enorme figura del arquero Ciro Lucero, clave para ahogar el empate de los del Este provincial.

Luego vinieron los festejos en el Hotel San Francisco de Chacras de Coria y, meses más tarde, un campeonato en el que Gimnasia no sólo le sacó brillo a su fútbol espectáculo bajo la batuta de “Los Compadres del toque” (Legrotaglie, Aceituno, Torres, Sosa, Ibáñez y González), sino que también logró varios hitos. En el debut goleó 3-0 a Chacarita Juniors, el último campeón y con su juego lírico, se mantuvo invicto hasta la octava fecha.

Terminó la primera rueda a un punto del Funebrero y River Plate. Y el broche de oro para la campaña llegó en los últimos dos partidos disputados en la provincia. Los inolvidables triunfos ante San Lorenzo (3-2) y River (2-1), que por primera vez sufrió una derrota ante un conjunto mendocino. El Lobo comenzaba a exhibir su ADN futbolístico y empezaba a decir presente en los queridos Nacionales. Y todo gracias a la hazaña de una tarde de domingo y de julio, como la de ayer, en la que concretó su sueño inolvidable.

Fueron héroes otra vez

El “Cachorro” Aceituno, el “Chueco” Vicino y el “Cabezón” Castellanos, tres integrantes del plantel del Lobo que jugó el Nacional 1970, se juntaron el sábado pasado para degustar un asado y recordar anécdotas de aquella inolvidable conquista de Gimnasia, que le dio un salto de calidad insoslayable en su rica historia. “La idea original de juntar a todo el plantel de la inolvidable gesta quedará para más adelante, cuando se pueda”, avisaron luego de compartir el ejercicio de la memoria, risas y un momento muy alegre y agradable.

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