José Mansur entró en la vida de Godoy Cruz y la cambió para siempre. Primero, junto a Alejandro Chapini y Mario Contreras, formaron Acción Deportiva y sacaron al Tomba de un pozo que tenía destino de desaparición.
Sin lugar a dudas Mansur es el dirigente más importante de la historia del Expreso (un escalón por encima de los anteriormente mencionados Chapini y Contreras) porque no sólo tiene un club saneado, sino que también le dio un prestigio al punto que Godoy Cruz se transformó en uno de los equipos más importantes del interior del país y porque permaneció dos décadas de forma ininterrumpida en la vida institucional del club.
Pero los últimos años, que estuvieron a cargo exclusivamente del actual presidente, el rendimiento deportivo del Tomba fue pésimo y todo gracias a la mala gestión a la hora de contratar entrenadores y jugadores.
En el 2021 Mansur terminará su segundo mandato como presidente y no podría volver a presentarse porque el estatuto dice que un presidente sólo puede tener dos periodos, aunque podría seguir en la vida institucional en otro cargo (¿vicepresidente?) o cambiar ese estatuto y volver a postularse, algo que le daría nueva presidencia porque durante las últimas elecciones no hubo lista opositora.
Uno de los mejores dirigentes de la historia tombina
Desde que Mansur irrumpió en la vida institucional de Godoy Cruz, con sus socios de Acción Deportiva, las cosas cambiaron de un momento a otro.
Cuando la gerenciadora “tomó el timón” del club, las cosas estaban muy mal: todos los días aparecía un juicio nuevo para “levantar”, las cuentas estaban todas en rojo, los empleados del club no cobraban, no había agua, estaban colgados de la luz y así cientos de complicaciones más.
Desde ese lugar hasta las cuatro veces que disputó la Copa Libertadores de América y las dos participaciones en la Copa Sudamericana pasó mucha agua bajo el puente, pero todo esfuerzo y los éxitos deportivos pusieron al Tomba en el mapa futbolístico de Argentina y de América.
Con el crecimiento deportivo, Mansur y el resto de los dirigentes cumplieron un objetivo: tener uno de los mejores predios de entrenamiento del continente. Y así fue que durante muchos años parte de las ganancias fueron a parar al predio de Coquimbito.
Dentro de las políticas que Mansur y compañía impusieron en Godoy Cruz está la de apostar en momento clave por entrenadores inexpertos como Pedro Troglio, Omar Asad, Gabriel Heinze, Martín Palermo o Diego Dabove ,que le dieron grandes resultados, al igual que con jugadores desconocidos que después terminaron siendo grandes negocios para el club como Carlos Sánchez, Leonardo Sigali, Gonzalo Castellani, Rodrigo Rey, Pol Fernández, Diego Viera, entre otros.
También le dieron un espacio importante a los jugadores de las divisiones inferiores y que terminaron dejando un dinero importante. Los casos testigos son Enzo Pérez, Fernando Zuqui, Ángel González, Fabricio Angileri y Juanfi Garro, por mencionar algunos casos.
Lo económico es otro punto fuerte, ya que Godoy Cruz es uno de los pocos equipos que no depende del dinero que llega desde la televisión y desde la Liga Profesional para tener equilibradas sus cuentas, además que no hay grandes deudas con los futbolistas.
La otra cara
Está claro que no todo fue acierto en el Tomba, ya que desde que Mansur tiene el poder (2013 asumió como presidente) su personalidad siempre fue un gran escollo en la continuidad de entrenadores y de jugadores, por eso nadie duró mucho tiempo en el club.
La estadística es clara: en casi 20 años que Mansur lleva en el del club pasaron 22 entrenadores (23 si se cuenta a Daniel Oldrá que siempre fue el bombero de la institución), es decir que la mayoría de los técnicos no llegaron a durar un año en el Tomba y sólo algunos tuvieron la chance de volver (Omar Asad, Lucas Bernardi y ¿Sebastián Méndez?) porque generalmente se fueron desacuerdos con el actual presidente.
Es que Mansur siempre tuvo en claro que Godoy Cruz es un equipo formador, “revitalizador” de jugadores y vendedor, por eso cuando el negocio es bueno, no hay objetivo deportivo que se interponga ya que el club mantiene sus cuentas claras gracias a esas ventas.
Eso lo llevó de desarmar grandes planteles y a colgar jugadores que podrían haber dejado un dinero importante como Federico Lértora, Danilo Ortíz o David Ramírez como los casos más destacados.
Pero en la vida institucional José Mansur también manejó el club como él creía que era mejor. Después que dirigentes de peso se alejaran del club se quedó en exclusividad con el poder y se rodeó de un grupo de dirigentes que están en la Comisión Directiva que no lo confrontan. El ejemplo más claro que no deciden sobre la llegada o la salida de jugadores.
El éxito le permitió a Mansur disimular los errores que se cometieron en el camino, pero lo cierto es que hace dos años que el club viene cuesta abajo en lo deportivo, justo en la previa a su centenario, y al parecer Cristian Bragarnik, el empresario que maneja el fútbol argentino y que ayudó durante varios años al Tomba en los mercados de pases, dejó de interesarse en el club y por eso costó tanto la llegada de futbolistas que le permitieran tener buenas campañas.
De cara a 2021, Mansur tendrá la dura tarea de convencer a jugadores de jerarquía de llegar al Tomba, ya que el futuro no es prometedor porque el equipo arrancará muy complicado con los promedios y tendrá que realizar una muy buena campaña para evitar el descenso.
Ojalá que por el bien del fútbol mendocino lleguen los resultados y así poder seguir disfrutando de un Godoy Cruz de Primera.