Antes del inicio del partido entre las selecciones de Argentina y Brasil, los hinchas argentinos sufrieron la brutal represión de la policía brasileña.
Una vez que terminó el himno de Argentina, que fue silbado por los brasileños, en las tribunas del Maracaná se inició una gran discusión entre ambas parcialidades hasta que apareció la policía con golpes hacia los argentinos.
Sin importar si había niños, mujeres o público de un alto rango etario, la policía militar reprimió con una enorme brutalidad y golpeó a lo que se le interpuso en el camino. A raíz de ello, los jugadores de la Selección Argentina se dirigieron hacia la tribuna para solicitar la calma policial, al punto que Emiliano Martínez detuvo a un oficial que estaba a punto de golpear a una persona.
Viendo esa situación Lionel Messi tomó la decisión de que toda la delegación argentina retornara al vestuario y no saldría hasta que no se garantizara la seguridad para los fanáticos.
Ya con la situación más controlada, la Selección Argentina regresó al campo de juego y logró un triunfo histórico en el Maracaná.