Las sirenas se encendieron al mango en el lado de Río de Janeiro pintado de rojo y verde a días de la final de la Copa Libertadores contra Boca en el Maracaná. El experimentado mediocampista de Fluminense Felipe Melo sufrió una lesión muscular en el encuentro frente a Goiás por el Brasilerao y tuvo que pedirle el cambio al entrenador Fernando Diniz.
El reloj marcaba 29 minutos del primer tiempo cuando el volante con pasado en la Selección de Brasil fue a interceptar un pase de Matheus Babi y estiró su pierna izquierda a más no poder. En ese instante se dio cuenta de que algo le había ocurrido, por lo que empezó a renguear con gestos de dolor. El capitán se tiró al césped para que el cuerpo médico lo atendiera y acalló los gritos de la hinchada presente en el estadio Raulino de Oliveira.
Ni lento ni perezoso, Fernando Diniz mandó a la cancha a Vinícius Moreira de Lima, aún cuando su equipo perdía por 2-1, para resguardar lo máximo posible al ex-Juventus. Lejos de llevar tranquilidad, el volante central devenido en defensor miró al entrenador y le hizo un gesto sugerente con las manos imitando la sensación que había tenido en su pierna izquierda.
Falta conocer el parte médico oficial del club, pero el clima no es el ideal. A menos de 10 días de la final de la Libertadores, el 4 de noviembre en Río de Janeiro, cualquier lesión que supere un desgarro significaría una recuperación de, mínimo, 20 días. En caso de confirmarse definitivamente, no estaría en condiciones de llegar al 100% al partido más decisivo del año y uno de los más importantes de la historia del Flu.