Los candidatos: Brasil y Francia siguen manteniendo esa condición, sobre todo porque resolvieron la clasificación ganando los primeros dos partidos. Inglaterra, que concluyó invicta, también se sienta a esta mesa. ¿Y la Argentina de Lionel Messi? Si mantiene el nivel exhibido ante Polonia puede pelearle a cualquiera. España y Portugal fueron de mayor a menor, pero están intactos. Todo está por verse.
Los traspiés inesperados. Hablando de Brasil y de Francia, ambos pusieron suplentes en la última fecha y les salió caro. Las derrotas (a manos de Túnez en el caso de Francia y de Camerún en el de Brasil) desdibujan su imagen de potencias y siembran inevitables dudas. Y algo más: si Suiza le hubiera marcado un gol más a Serbia, Brasil habría quedado segundo en la zona.
Más allá de estos resultados, se dio una particularidad poco común en la primera fase de los Mundiales: ningún equipo sumó los 9 puntos. El dato dice mucho acerca de la naturaleza de este torneo que estamos viendo en Qatar.
Las decepciones: Alemania, Bélgica y Uruguay, despedidos prematuramente de un torneo al que habían llegado con pretensiones de protagonismo. Lo de Bélgica, un equipo sin alma, rozó el escándalo por los conflictos entre sus jugadores. Los alemanes no lograron un recambio a la altura de su historia, mucho menos tras ser campeones en 2014. Ya suman dos Mundiales despidiéndose en la primera fase. La “Celeste” estuvo a minutos de clasificarse; la victoria sobre Ghana no le alcanzó para subsanar los errores cometidos en los partidos anteriores.
Las sorpresas: Japón y Marruecos ganaron sus respectivos grupos, en el caso de los africanos jugando muy bien al fútbol y dejando fuera a Bélgica. Los japoneses consiguieron un doble impacto: derrotar a Alemania y a España. Los aguardan durísimos cruces en octavos de final, ya a nadie se le ocurrirá subestimarlos.
El batacazo: lo de Australia tampoco era esperado, en especial compartiendo el grupo con Dinamarca (de gran paso por las eliminatorias) y con Túnez (de los mejores del fútbol norafricano). Tras ser goleados por Francia, los oceánicos hilvanaron dos triunfos por 1 a 0 y se ganaron el derecho a enfrentar a Argentina. Premio a un juego físico, veloz y ordenado, atributos que le alcanzaron para hacer historia.
La vergüenza: Qatar redondeó una producción tan pobre que la deja como el peor equipo anfitrión de la historia de los Mundiales. Perdió los tres partidos y no convirtió goles. Si al público qatarí el fútbol no le genera interés, con una selección de este nivel poco y nada cambiarán las cosas. Y eso que contrató al español Félix Sánchez Bas y le pagó un sueldo de 2,4 millones de euros anuales. Se suponía que era un técnico de excelencia, pero…
La frustración: tal era la impotencia de Romelu Lukaku tras la eliminación belga que se marchó rompiendo un vidrio. Las lágrimas de Luis Suárez simbolizaron, a la vez, el pesar de todo el pueblo uruguayo. Ecuatorianos, mexicanos, iraníes y serbios quedaron desparramados en el césped tras perder una clasificación a octavos de final que sentían cercana. Postales del pesar mundialista.
Los más efectivos: Inglaterra y España, con nueve conquistas. Ambos se despacharon con resultados apabullantes, los ingleses les hicieron seis goles a los iraníes; y los españoles siete a los costarricenses. La diferencia es que los británicos ganaron el grupo con 7 puntos, mientras que España se clasificó aún tras perder con Japón. Mejor imagen entonces para los dirigidos por Gareth Southgate, que tienen con qué meterse en la conversación.
El estupor: sin dudas lo produjo la victoria de Arabia Saudita sobre Argentina, marcador que generó incredulidad. En un Mundial que por momento se “volvió loco” a causa de varios resultados, el golpe proporcionado por los sauditas en la primera fecha tumbó las apuestas. La posterior recuperación de la Selección sirvió para maquillar ese traspié, impensado por donde se lo mire.
El héroe: también podría figurar como “el estupor parte II”, pero esto sería restarle lustre a lo hecho por Vincent Aboubakar. Su magnífico gol de cabeza le dio la victoria a Camerún, con todo lo que significa ganarle un partido mundialista a Brasil. Aboubakar fue expulsado (tenía amarilla y celebró sacándose la camiseta), pero eso no le borró la sonrisa. Para los africanos quedó la satisfacción de un éxito resonante, contrapuesta con la amargura de haberse quedado afuera.
La estrella: lo era meses antes y lo es al cierre de la primera fase. Se dijo varias veces, no está de más reiterarlo: no hay comparación posible con lo que Lionel Messi genera y representa. Es el favorito de todos, al que sueñan con la Copa en las manos el 18 de diciembre. En el planeta fútbol hay un único e indiscutido monarca.
Los que prometían más: Canadá había dominado las eliminatorias de la Concacaf y, más allá de la derrota, en el debut contra Bélgica había dejado una buena impresión. Luego se desmoronó y terminó perdiendo los tres partidos. Dinamarca también amenazaba con una potencia que jamás pudo desplegar. La Gales de Gareth Bale se fue sin pena ni gloria y la Polonia de Robert Lewandowski entró a la segunda fase por la ventana. Ghana, Túnez y Camerún se quedaron con las ganas de sumar al creciente poder africano. Costa Rica empezó con un papelón, le ganó un partido muy flojo a Japón y volvió a despedirse con una goleada en contra.
Los que sueñan: la lesión de su estrella, Sadio Mane, no amilanó a Senegal y así accedió a octavos de final. Países Bajos también pasó, aunque hasta aquí lo mejor de su fútbol sigue guardado. Estados Unidos fue sólido y tiene a Pulisic; mientras que Croacia exhibió destellos del equipo subcampeón hace cuatro años. Corea del Sur celebró el milagro de una clasificación agónica, mientras que Suiza la consiguió en un partidazo decisivo contra Serbia. ¿Y la Portugal de Cristiano Ronaldo? La derrota a manos de los coreanos le bajó un poco las acciones, pero a no descuidarla.
Las polémicas: estuvieron ligadas al VAR y al nuevo off-side semiautomático. Todavía se discute el gol anulado a Lautaro Martínez contra Arabia, y ni hablar de la acción previa al de Japón contra España y los milímetros que, según la tecnología, mantuvieron la pelota en juego. Si de arbitrajes se habla, los más enojados fueron los uruguayos, quienes durante el choque contra Ghana reclamaron dos penales, ambos ignorados por el juez. En una de esas jugadas el VAR lo convocó a mirar el monitor, pero no modificó su decisión. Algo que pocas veces se ve.
Las figuras: Richarlison y Casemiro sacaron la cara por Brasil en los momentos precisos. Habrá que ver si el “Scratch” recupera al lesionado Neymar para el partido con los surcoreanos. Mbappé y Dembelé fueron imparables en los mejores momentos de Francia. El neerlandés Cody Gakpo marcó goles en los tres partidos, mientras que el español Gavi ratificó que es un crack en pleno desarrollo. Bruno Fernandes apareció cuando Portugal más lo necesitaba y Argentina colocó en el escenario a un volante destinado al círculo de los top como Enzo Fernández.
Lo que viene: se abren las apuestas y las conjeturas de cara a unos octavos de final que comienzan en cuestión de horas. Es el momento de que aparezcan en toda su dimensión los grandes equipos y las principales figuras. Son ocho partidos mata-mata. ¿Quién será capaz de acertar la mayor cantidad de clasificados?
La nota fue publicada originalmente en La Gaceta.