En otro momento, la actuación de este equipo de Boca Juniors le habría costado la cabeza a su deté. Si bien es cierto que hacer un análisis con un resultado puesto es fácil, cabe decir que hay jugadores que no están a la altura de tremenda historia. Y esto no por la goleada sufrida ante el Tomba. Esto viene de hace rato. De años sin encontrar un rumbo futbolístico, con pruebas que no fueron tales, contratando futbolistas que pasan de ser estrellas a uno más del montón. Pero es la realidad y deben hacerse cargo los responsables, con Juan Román Riquelme a la cabeza, siguiendo por Jorge Amor Ameal, y el Consejo de Fútbol. Todos son testigos privilegiados de ver a un equipo sin ganas, que escribe páginas negras en un libro que no tiene final “feli” (por ahora).
Quizás aquello de que en los últimos años Boca se haya obsesionado con levantar la séptima Copa Libertadores de América, juegue en contra y confundió los caminos. Pero estamos hablando de supuestos. Muchos se engañaron con ediciones en las que se rasguñó ese objetivo y, otras, en las que la institución desperdició el prestigio conseguido durante el principio de los 2000. Ahora, con Román como el hombre fuerte del fútbol, se busca que la ilusión se convierta en realidad. Pero claro, antes de eso y durante el receso, la CD debe buscar “números puestos” porque quedó demostrado a lo largo de esta Liga Profesional y de la presente edición copera, que hay futbolistas que no dan la talla. Los casos son muchos. Ergo, se entiende que serán varios los que dejarán la entidad, sin gloria y con mucha pena: el libro de pases comienza a fines de julio y se extenderá más o menos hasta el 17 de agosto.
Si bien es cierto que hay nombres instalados, antes hay que hacer un balance profundo y saber hacia dónde se quiere ir. Y con qué.
Anoche, Godoy Cruz hizo lo que mejor le sale. Presionó, salió rápido, llegó y lastimó a un rival que no puso resistencia, con jugadores que les pesan las piernas. En ese sentido, ya poniéndome en la piel del hincha que paga y viene pagando los platos rotos, cabe decir que de los once titulares de ayer en el Malvinas, muy pocos se salvaron del aplazo. De hecho, ya hay resistencia por varios de ellos hasta cuando los nombran por los alto parlantes. Entonces todo huele a fin de ciclo para: Facundo Roncaglia, Óscar Romero y Juan Ramírez. Más otros que están relegados: Agustín Sandez, Nicolás Orsini, Esteban Rolón, Diego González, y casos como los de Frank Fabra o Darío Benedetto que atraviesan el peor momento futbolístico de sus carreras. Por ello es menester barajar y dar de nuevo. Ahora, es sumar lo que se pueda en esta LPF y apuntar a la Copa de la Liga a hacer cartón llena para seguir en el mapa de América. De lo contrario, se ganará un partido, se perderán dos, y así hasta que la gente diga basta.
Por último, los Edinson Cavani, Roger Martínez, Gary Medel, Diego Valoyes, Helibelton Palacios, entre tantos de los que se nombran como posibles refuerzos, tampoco llegarán a solucionar un problema de fondo. Donde los egos no dejan ver el horizonte. Donde acá mando yo y se hace lo que digo. Por el contrario, hasta pueden rifar, con este andar, sus trayectorias. El análisis debe ser profundo puertas adentro. Tener objetivos a corto plazo, como darle herramientas para que Jorge Almirón pueda plasmar definitivamente su idea. Y si ese trabajo debe hacerse con gente de la casa, costará un tiempo, pero se puede lograr. Yendo al revés, difícil. Si hasta Martín Payero (otro que no seguirá) cuando entra se contagia del resto. Y eso que tiene condiciones y llega al gol, pero en este camino donde todo sale mal, siempre hay que levantar la frente y hacerse cargo cada uno de sus decisiones.
Mañana es la fiesta de Riquelme, en una Bombonera que lucirá repleta porque el ídolo máximo del club cuelga los botines definitivamente. Pero son horas difíciles. ¿Hay algo para festejar realmente? Es que ni siquiera ese homenaje podrá disimular la falta de compromiso que muestran varios jugadores de este Boca que en los últimos años se devoró referentes deportivos y que puede seguir con las joyas de la cantera.