El cómodo andar del Barcelona no necesitó de los servicios de Lionel Messi para prolongar el buen momento en Hungría. Con poco en juego, y el pase a los octavos de final ya asegurado, Ronald Koeman no llevó al mejor jugador del mundo al partido contra el débil Ferencvaros. No hacía falta arriesgar a Leo en un partido que, de no mediar inconvenientes, ya tenía una ganador mucho antes de salir a la cancha. Y así fue nomás. Un Barcelona con algunos suplentes no tuvo problemas para imponerse, a media máquina por 3-0.
De hecho, con la primera media hora alcanzó y sobró. Lo abrió Antoine Griezmann con un golazo de taco, aumentó Braithwaite y lo sentenció, a los 28 minutos del primer tiempo, un penal de Dembélé. Los tres delanteros del equipo culé se anotaron y no extrañaron a Messi, quien se quedó viendo el partido por televisión. El triunfo, además, le alcanzó para sentenciar prácticamente el primer puesto (Juventus terminará segundo).
El primer gol del Barcelona a través de Griezmann:
El segundo gol del Barcelona lo convirtió Braithwaite:
Desde el punto del penal, Dembelé marcó el 3-0 para el Barcelona:
Lo bueno para el equipo de Koeman es que volvió a demostrar que no necesita del 10 para sentenciar partidos que lo tienen como favorito. Con tranquilidad, pasó por arriba a un equipo de tercera categoría en Europa y utilizó el segundo tiempo para seguir fogueando a pibes como Riqui Puig, que no tienen tantas chances de mostrarse cuando el Barsa juega con todo su potencial.