El Tomba va y va, genera situaciones, hace los méritos, pero choca con los arqueros rivales y con sus propios errores. El gol en contra es una fatalidad, pero también un error. Y los puntos se le siguen escapando como arena entre los dedos...
Con los mismos once que estuvieron a un paso de la hazaña en la Bombonera el miércoles pasado, Godoy Cruz saltó al campo de juego con la consigna insoslayable de conseguir los tres puntos en casa por primera vez en el campeonato. Enfrente, un Granate que ponía un “mix” pensando en el duelo del próximo jueves por la Copa Sudamericana frente a Wanderers en Montevideo.
El Tomba se hizo dueño del desarrollo en los primeros minutos. Al igual que ante Vélez y Boca, el equipo se mostró cortó (jugó en 30 metros) y, a partir de la tenencia del balón, comenzó a buscar variantes ofensivas para romper la última línea casi siempre bien parada del Granate. Sin embargo, a pesar de algunas aproximaciones vía Rodríguez y Ojeda, el Tomba no se mostró cómodo en ataque. Para colmo, tras el primer avance serio de Lanús, Varaldo envió un centro y Ortiz en su afán de rechazar, descolocó a Espínola y la terminó metiendo en su propio arco.
Con el marcador cuesta abajo, el Tomba necesitaría paciencia para revertir la historia. Bastó que el equipo de la dupla encadenara una serie de cuatro o cinco pases en una salida limpia desde el fondo, Acevedo filtró para Salomón Rodríguez en la medialuna y el uruguayo resolvió con extrema jerarquía: mediavuelta y foribundo disparo de zurda que se clavó arriba, cerquita del ángulo. Golazo.
Cuando se presumía que el empate potenciaría el dominio tombino, la intensidad local mermó. Y Lanús encontró un respiro para generar un par de transiciones rápidas que tomaron en un par de ocasiones mal parada a la defensa de Godoy Cruz. De ahí hasta el final de la primera etapa, el trámite fue equilibrado. Recién en los minutos finales del período, el Tomba logró ubicar a Ramírez uno contra uno ante Aguilar para generar una falta al borde del área grande. Pero el posterior remate del exFerro se fue cerquita del ángulo zurdo.
El complemento siguió con la misma tónica del primero. Con Tadeo Allende por Ramírez, el elenco de la dupla tomó la iniciativa, se paró en campo contrario e hizo circular el balón. Y rápidamente, el Tomba generó situaciones nítidas como para desnivelar. A los 15′, luego de una gran triangulación, Ábrego desbordó por la derecha y mandó un centro que ni Rodríguez ni Allende alcanzaron a empujar. Un minuto después, Ojeda sacó una tremenda volea de zurda que Monetti desactivó con un manotazo al córner. Y de ese tiro de esquina, Rodríguez la bajó al medio, Ortiz conectó por el segundo palo y de milagro no fue el segundo del Expreso.
Al Tomba sólo le faltaba la puntada final, ese salto de calidad en la elaboración que en los metros finales suelen darle Martín Ojeda y Ezequiel Bullaude, especialmente este último, quien realmente no estuvo en su noche y el equipo lo sintió. Allende tuvo en su zurda el tanto del 2-1, pero su remate al primer palo fue rechazado por Monetti. Ni hablar cuando unos minutos después el “1″ se quedó con un mano a mano de Rodríguez. El arquero rival, otra vez figura. Nadie lo podía creer. Godoy Cruz volvió a empatar (5 al hilo) y deja puntos que duelen.