Un parte del corazón de Italia está de festejo. Inter, que tuvo a Lautaro Martínez como pilar ofensivo en el segundo tiempo, logró revertir la diferencia mínima ante Milan, lo venció 2-1 de manera agónica y se quedó con el clásico. Por si fuera poco, con este triunfo lo eliminó de la Copa Italia y avanzó a las semifinales.
Un parte del corazón de Italia está de festejo. Inter, que tuvo a Lautaro Martínez como pilar ofensivo en el segundo tiempo, logró revertir la diferencia mínima ante Milan, lo venció 2-1 de manera agónica y se quedó con el clásico. Por si fuera poco, con este triunfo lo eliminó de la Copa Italia y avanzó a las semifinales.
El derbi no arrancó bien para el Nerazzurro. Pasada la media hora sufrió el disparo cruzado y rasante de Zlatan Ibrahimovic, quien firmó el 1-0. Con el correr de los minutos, los de Antonio Conte fueron a buscar la igualdad, se toparon con la solidez de la defensa rossonera y, también, con algunas patadas.
Es por eso que la temperatura del duelo empezó a elevarse y se reflejó en la expulsión en el arranque del complemento del artillero sueco, que ya había tenido un encontronazo con Romelu Lukaku. Y tal fue el destino del fútbol que, luego de las chances malogradas por Ivan Perišić y Alexis Sánchez, el propio romperedes belga logró el empate desde los doce pasos marcó el empate, a los 26 minutos de la segunda mitad.
Después del grito, fue todo del elenco local. El técnico mandó a la cancha a Lautaro Martínez para dar vuelta el encuentro y aportarle dinámica a los últimos metros, aunque no pudo materializar ninguna de sus oportunidades. El que sí estuvo fino con la pegada fue Christian Eriksen, quien a falta de dos minutos para el cierre clavó al ángulo un tiro libre y le permitió a Inter quedarse con el clásico, eliminar a su máximo rival de la copa nacional y sacar boleto rumbo a los cuatro mejores.