El rosarino Nazareno Arasa infló sus pulmones, soltó con todas sus fuerzas el aire e hizo sonar el silbato que rompió un hechizo de 15 años, 9 meses y 11 días.
A las 11.01 de una hermosa mañana soleada de domingo. El Club Deportivo Godoy Cruz Antonio Tomba volvió a casa, regresó al estadio Feliciano Gambarte. Pero los once guerreros que salieron del hogar en 2005 no retornaron iguales.
Cómo si se tratara de un viaje épico. Los hijos de la bodega regresaron al barrio con título nobiliario que solo tienen los que acceden a la élite del fútbol.
Por la pandemia, los hinchas, los verdaderos hacedores de la vuelta, no pudieron verlo desde las tribunas. Pero nada les impidió estar presentes.
Desde días antes del partido por la fecha 9 de la Liga Profesional hinchas y vecinos pusieron el barrio a todo para que el país y los pocos foráneos que llegaron entendieran lo que no venían a un simple partido de fútbol, sino un acto que sellaba la expansión del barrio al mundo.
Gracias a ellos las calles lucieron adornadas con globos y guirnaldas. Sí, era una fiesta del pueblo.
Meses antes pintores bodegueros comenzaron con la campaña para que las paredes del departamento luzcan azules y blancas para otro hito histórico que llegará el próximo junio. El centenario del club. Sin embargo. Las pinceladas se aceleraron con la confirmación de la vuelta al barrio. Y casi como un guiño del destino, tras la postergación del sábado, el imponente sol dominguero iluminó las obras de los artistas bodegueros.
Único partido con hinchada
El día del partido los “los invitados” comenzaron a llegar temprano. Unos 300 hinchas se juntaron para recibir y alentar al equipo desde unos 200 metros del estadio. Se resignaron a no ver el partido, pero se escucharon durante los 90 minutos como si hubiesen estado en la popular “Julio Roque Pérez”.
Godoy Cruz necesita los puntos. Lógico no se puede “vivir de la pasión”, pero en el Gambarte, hoy, la prioridad fue la emoción y el recuerdo de los que no están y siempre soñaron con un momento así.
La alegría de la vuelta fue levemente opacada por un 2-3 que les negó sumar los primeros tres puntos en la primera división. En el mismo campo que vibro con los héroes del barro del 94.
Más allá del tablero final, un dato más para destacar fueron que los dos primeros goles oficiales en la máxima categoría del fútbol argentino los marcador dos hijos del barrio. Bullaude y Badaloni.
El 11 de abril del 2021 entró en la historia. El único club mendocino en primera pudo mostrar su casa, su barrio y su sentido de pertenencia.