El famoso jugador de fútbol, Dani Alves, continúa encerrado en un calabozo de Barcelona acusado de haber violado a una chica de 23 años. El ex lateral brasileño, que hasta agosto del año pasado -cuando Leo Messi lo igualó- era el jugador que más copas había levantado en la historia del fútbol, se quedó sin contratos millonarios y sin el apoyo de gran parte de su familia que hoy ya no lo acompaña.
A un año de su prisión provisional y sin fianza, desde el 20 de enero del 2023 que Alves quema las horas en el módulo 13 del penal Brians II de Cataluña, descontando los días que faltan para su juicio. El ex jugador del Sevilla y del Barça será juzgado en la sección 21ª de la Audiencia de Barcelona, entre el 5 y el 7 de febrero.
La Fiscalía pidió una condena de 9 años de cárcel, por la presunta agresión sexual en un baño de un reservado de la discoteca Sutton de Barcelona. Para la defensa de la chica que lo denunció, la pena debería ser mayor y que Dani Alves cumpla 12 años preso, según informó Clarín.
Dani Alves en la actualidad
Más sereno que hace un año, cuando llegó al penal y casi no comía ni miraba televisión, el ex capitán de Brasil en el último Mundial -Qatar ‘22- hoy está adaptado a la rutina carcelaria. Además, cumplió 40 años entre rejas y hasta contagió su pasión por el fútbol entre sus compañeros de módulo, todos condenados por delitos sexuales.
Hace un año casi nadie hacía deporte entre los reclusos del módulo 13 de Brians II; hoy todos juegan fútbol o vóley. Esto mismo lo contó Alves en la única entrevista que concedió, por ahora, desde la prisión a un medio español, el diario catalán La Vanguardia, en junio del año pasado.
Allí versionó, una vez más, alguno de los tantos relatos -cinco, hasta hoy- sobre lo que sucedió en la madrugada del 31 de diciembre de 2022 en el reservado del primer piso de la disco Sutton, sobre el Carrer de Tuset de Barcelona. “Si esa noche me dicen que una joven me acusa de violación, me presento en comisaría”, le confió Alves a La Vanguardia.
Las propias declaraciones que complican a Alves
Seis meses antes, apenas estalló la denuncia, el por entonces jugador del Pumas de México había enviado un video a un canal de televisión español, Antena 3, asegurando que jamás había visto a la chica que lo denunció: “Estuve en ese sitio, disfrutando, pero sin invadir el espacio de los demás. No sé quién es esa señorita. No la conozco, no sé su nombre”.
Luego, las evidencias de las cámaras de la disco y las pruebas de material genético que la chica aportó del vestido que llevaba puesto esa noche manchado complicaba las versiones de Alves, el extranjero que más partidos jugó en el Barça después de Messi y que tenía un contrato para jugar por un año en el Pumas de la Universidad de México: entre 1,5 y 2 millones de dólares sazonados con porcentajes por publicidad y venta de merchandising.
Caída de contratos
Apenas Alves durmió en prisión, el club rescindió su contrato y le exigió una indemnización de cinco millones de dólares por incumplimiento de lo pactado. De ahí en adelante, el brasileño sólo recibió malas noticias. Cada tres meses cobraba entre 30 y 50 mil euros, por el uso de su imagen, que se esfumaron.
Adidas, con quien debía renovar contrato después del Mundial de Qatar, no quiso saber nada de él, mientras que la empresa de apuestas deportivas 1xPartner dejó “en suspenso” el acuerdo con Dani Alves, que era su “embajador”. Desde Brasil, la compañía de seguros y servicios financieros Hygia Saúde discontinuó su vínculo comercial con el jugador. Lo mismo resolvió la marca de ropa Ethika.
Indemnización e identificación a la víctima
Desde el inicio, en España el escándalo Alves mantuvo el anonimato de la chica que denunció haber sido violada por el ex futbolista. Lo único que trascendió, por entonces, fue que la joven renunciaba a ser indemnizada, tal como está previsto en el Código Penal español. Sólo quería que su agresor fuera encarcelado.
Sin embargo cambió de idea, ya que por el momento su abogada defensora, Ester García, solicita, junto a la condena de 12 años de prisión, una indemnización de 150 mil euros por las secuelas físicas y psicológicas que padece la joven. Ante esto, tampoco duró su anonimato.
Hace unas semanas, la madre del ex jugador, Maria Lucia Alves, publicó en sus redes sociales un video con imágenes de quien sería la presunta víctima. En el reel se ven escenas de una joven bailando con amigas, imágenes que la mamá de Alves contrastó con párrafos de crónicas periodísticas que señalan el trauma que vive luego de la agresión sexual.
La Fiscalía catalana estudia el video que fue denunciado por la abogada García. “La identificación de una víctima de violencia sexual constituye un delito flagrante”, argumentó la profesional.
La defensa de Alves
En un año, Dani Alves dio cinco versiones distintas de lo que sucedió aquella noche de 2022 y cambió tres veces de abogado defensor. Pasó de negarlo todo a admitir que tuvo sexo consentido con la joven que lo denunció.
Clarín se comunicó con el estudio que lo defiende hoy. La fundadora es Inés Guardiola, una abogada conocida en Cataluña. “Por ahora ella no va a hacer declaraciones”, dijo su secretaria.
La última movida de Guardiola fue presentar un escrito, a tres semanas del inicio del juicio, argumentando que Dani Alves estaba ebrio aquella noche en la discoteca Sutton. Si se lo declara culpable, haber actuado bajo los efectos del alcohol y con sus facultades nubladas por la borrachera podría atenuar la pena.
Dani Alves en lo personal
Días después de su detención, la modelo española Joana Sanz, quien en 2017 se casó con el brasileño en la soñada isla de Formentera, publicó una carta, manuscrita, en la que anunciaba su separación de Alves. Llegó a pedirle el divorcio pero Dani se lo negó.
Joana dejó de visitarlo con frecuencia en Brians II. En noviembre, en un programa de televisión, confesó: “Sigo estando para él y seguiré estando para siempre, el futuro dirá. Seguimos hablando por teléfono como si nada sucediera, nos apoyamos mutuamente como podemos”.
La última novedad del caso: Joana va a estar presente en el juicio y prestará declaración.
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