La tenía brava, Defensa. Pero si estuvo vivo en la serie hasta prácticamente el final del partido, fue sólo por el corto resultado. El 3-1 definitivo (4-1 en el global para Flamengo) tuvo poca relación con el desarrollo del juego, en el que los dirigidos por Renato Gaúcho fueron muy superiores. Desde el primer minuto, presionaron la salida del Halcón para que éstos no pudieran construir el juego típico que suele proponer Sebastián Beccacece en cualquier cancha. Obligados a jugar largo -sobre todo desde el arco-, aislaron a Walter Bou en la delantera y casi no tuvieron la pelota, sobre todo en el primer tiempo.
Y si ya le costaba desde el juego, que la apertura del marcador haya sido apenas a los nueve minutos le complicó aún más los planes a Defensa. Tras un gran corner de Everton Ribeiro, Rodrigo Caio se elevó más alto que todos en el área y cabeceó fuerte y al ángulo: nada que hacer para Unsain, quien minutos más tarde se iba a poner el traje de superhéroe para mantener volando al Halcón. Primero le tapó un remate desde el punto de penal a Gabigol y luego, un tiro libre desde la esquina que buscaba gol de De Arrascaeta, la figura.
Pero si el Halcón se mantuvo en vuelo fue por el macanón de Diego Alves: sobre el final del primer tiempo, Flamengo quiso salir jugando desde el fondo y su arquero, presionado por Raúl Loaiza, despejó y la fue a buscar adentro tras el rebote en el volante. Defensa era superado en el juego, pero estaba a tiro en el resultado, cosa que mantuvo en los primeros minutos de la segunda mitad, hasta el gol decisivo de De Arrascaeta. Tras un gran remate del recién ingresado Michael, cabeceó sólo en el segundo palo. Y después no hubo oposición: con los de Beccacece jugados en ataque, Vitinho aprovechó y, en complicidad con Unsain, marcó el tercero. Luego, también haría el cuarto.
Para Defensa no hubo hazaña, pero el camino es meritorio: por primera vez disputó esta instancia y con varias bajas que afectaron su rendimiento.
