Este viernes, el fútbol fue sacudido por un bombazo: Alejandro Gómez, jugador del Monza, fue suspendido por dos años tras haber dado positivo en un control antidoping previo al Mundial de Qatar 2022, cuando todavía pertenecía al Sevilla. La justificación del Papu fue que, sin previa consulta a los doctores del club, tomó un jarabe de sus hijos que tenía una sustancia prohibida por la Agencia Mundial Antidopaje. Si bien ocurrió antes de la Copa del Mundo, esto no afecta la consagración de la Selección Argentina.
Qué ingirió Papu Gómez y cuál es su defensa
La noticia se conoció durante la mañana del viernes, luego de que el medio español Relevo confirmase que el futbolista fue notificado de la suspensión por dos años. El hecho se dio en noviembre del 2022, semanas antes del Mundial de Qatar. Fue en un control antidoping rutinario de la UEFA en un entrenamiento del Sevilla.
La defensa del Papu Gómez, que de nada le sirvió, fue que, ante una “mala noche”, habría decidido tomar un jarabe de uno de sus hijos sin consultar previamente a los médicos del club. Así habría dado positivo. Relevo añade que, tanto el jugador como la institución, habrían sido notificados de la situación hace meses, pero que la sanción recién llegó esta semana.
Si bien la sustancia que poseía el jarabe no era una que mejorara su rendimiento, el jugador de 35 años debería haber anunciado su ingesta. Es por esto que, negociación mediante, fue sancionado por dos años sin poder jugar.
Por qué el doping de Papu Gómez no afecta al Mundial ganado por la Selección Argentina
Según el Código Mundial Antidopaje, ni la Selección Argentina ni Sevilla (campeón de la Europa League en 2022/23) corren el riesgo de perder el título por haber tenido en sus planteles a un jugador que dio positivo.
Tal como dice el artículo 11 del CMA, el único caso en el que se le puede quitar el título a un campeón es si más de dos miembros del plantel hubieran cometido una infracción de las normas antidopaje. Por ende, ni Argentina ni Sevilla perderán sus medallas.