La primera edición del Super Rugby prevista para el 18 de febrero próximo podría posponerse o modificarse debido a la decisión de Nueva Zelanda de cerrar las fronteras desde mediados de enero ante la rápida propagación de la variante Ómicron de coronavirus.
En ese contexto, el sitio de prensa neozelandés NewsHub publicó declaraciones del ministro Chris Hipkins, quien aseguró que “los viajes sin cuarentena programados a partir del 16 de enero se retrasarían hasta finales de febrero”, lo que afectaría el traslado de los equipos durante el certamen cuyo inicio está programado para el 18 de febrero.
Además, Nueva Zelanda también aumentó la duración de las cuarentenas de una semana a 10 días, situación que también complicaría el inicio del torneo que contará con cinco equipos neozelandeses, cinco de Australia y otros dos que representarán a las Islas del Pacífico: Moana Pasifika y Fijian Drua.
La Unión de Rugby de Nueva Zelanda (NZR) piensa iniciar la competencia el 18 de febrero pero el cierre de las fronteras obligará a modificar el fixture y la estrategia que se podría implementar es que se inicie sin viajes y con partidos entre equipos de un mismo país.