Ernesto Antonio Contreras falleció ayer, cerca de las 9 de la mañana de ayer, luego de sufrir un paro cardiorespiratorio. Estaba internado en el Hospital Privado, en calle Mitre de Ciudad, adonde arribó tras sufrir un infarto silencio producto de una afección en la vesícula. Además, luego del testeo correspondiente, había dado positivo de coronavirus. Un cuadro que terminó por complicar la salud del exciclista, que se convirtió en uno de los tres deportistas más importantes de la provincia de Mendoza.
La urgencia de protocolos y las obligaciones del momento impidieron el adiós que el “Negro” merecía. La ceremonia final no tuvo demoras y se llevó a cabo en el Parque de Descanso de Maipú, donde la familia acompañó solo hasta el ingreso y no pudo ingresar para presenciar la última parte.
“Hicimos el acompañamiento hasta la entrada del Parque de Descanso y no pudimos entrar. Mi papá tenía una parcela allí y lo sepultaron donde está también mi hermana Laura, quien falleció hace 6 años en un accidente automovilístico”, contó Omar, uno de sus hijos, fruto de su unión con Marta Martínez, con quien estuvo casado durante 60 años.
También, fruto del amor, tuvieron a Ernesto, el mayor de hijos. Todos estuvieron ligados al mundo deportivo: Ernesto y Laura fueron atletas federados en el Club Petroleros YPF, mientras que Omar fue un ciclista que supo hacer honor a la historia de su padre y hoy es un destacado entrenador local.
Su hija Laura, la menor de sus hijos, falleció hace 6 años en un accidente automovilístico.
Aunque en un principio se había dicho que previo al cementerio, el acompañamiento iba a pasar por el Velódromo provincial, aunque finalmente no fue así. “Sucede que le cambiaron el cartel donde se leía el nombre de mi papá y le pusieron Villa Olímpica. Eso se lo comenté a mi papá hace un tiempo y me dijo 'será que no fue suficiente`”, amplió Omar.
La familia Contreras vivió los últimos días con la angustia de estar en medio de una pandemia que hizo mucho más difícil la situación. “Mi papá estaba muy bien de salud. Es más, hace un mes y medio le dieron la licencia de conducir y no te dan la licencia sino estás sano. Andaba muy bien. Sin embargo, el 9 de octubre tuvo una puntada en la vesícula y lo llevamos al médico. Nos dijo que estaba bien, pero que había que tratarlo. Después de eso parece que transitó un infarto silencioso. El 14 fuimos a otra consulta. El médico lo vio y dijo que tenía la vesícula muy inflamada y podía romperse. Fue cuando lo llevamos a la guardia y nos dijeron que había transitado ese infarto y luego le hicieron el hisopado que dio positivo. Estuvo una semana bien, pero el jueves le colocaron el oxígeno y todo se complicó”, sostuvo.
“Era la primera vez que estaba internado por temas de salud. Si había estado por accidentes con la bicicleta, pero para nosotros esto fue algo nuevo. Lo hemos vivido con mucha angustia por esto del coronavirus. Hoy me han llamado y me han dejado mensajes desde todo el mundo; me escribieron desde Italia e Inglaterra. Creo que eso habla de la persona que era mi papá”, finalizó.