El fútbol argentino estuvo en el ojo de la tormenta durante mucho tiempo. Mientras Argentina atravesaba uno de los momentos más críticos por la pandemia de coronavirus, el fútbol llevaba meses parado y sin vísperas de un retorno. Recién en octubre comenzaron a volver a los entrenamientos escalonadamente. Los seis meses de suspensión sembraban dudas de cómo iba a ser el desempeño en las copas, pero fue sorprendente.
Pasaron 228 días sin un partido de fútbol entre el 20 de marzo y el 30 de septiembre -cuando retornó la actual Copa Diego Maradona-. Aunque, Boca, Racing, River, Tigre y Defensa y Justicia jugaron por Libertadores un mes antes. Mientras tanto, los que solo tenían por delante la competencia local se la rebuscaron como podían.
En Brasil, Uruguay y Chile el torneo nacional retomó antes y generó suspicacias con que esos clubes podrían sacarle ventaja a los argentinos. Sin embargo, eso no sucedió porque siete lograron clasificar a los cuartos de final de las copas (Vélez, Lanús. Independiente, Defensa, Racing, Boca y River) y cinco ya están en semifinales (Vélez, Lanús, Defensa, River y Boca o Racing). El éxito se nota aún más en la Sudamericana en la que de los cuatro mejores hay tres argentinos: Vélez, Lanús y el Halcón.
“En el contexto que nos toca vivir a todos y al haber estado sin entrenar durante cinco meses, era difícil pensar que íbamos a poder estar en esta posición nuevamente. Así y todo hubo nuevamente mucho empeño en los jugadores de tratar de estar de la mejor manera posible. Hoy, volver a jugar una semifinal, que creo que contando la Copa Sudamericana ya son siete de ocho, es motivo de orgullo”, declaró Marcelo Gallardo anoche tras el triunfo ante Nacional.
El éxito del fútbol argentino en las copas organizadas por CONMEBOL fue inesperado, y ahora se aguarda por cómo se desarrollará la definición de ambos torneos que tendrán grandes chances de tener finalistas argentinos, e incluso un campeón.
