Fue una final de ensueño. Con todos los condimentos necesarios para recordarle por años. El estadio, el ambiente, las lesiones, lo cambiante. En ese marco, Talleres se quedó con el Clausura tras vencer, por penales, a Jockey por 3 a 2 tras haber empatado 2 a 2 en el tiempo reglamentario y 1 a 1 en el tiempo extra.
Lo arrancó ganando Jockey con un gol de Nico Páez y parecía tenerlo controlado, hasta pudo estirar varias veces las diferencias con varias contras. Talleres encontró el empate en el momento justo y así se fueron al descanso con todo abierto. Cuando el partido entraba en una meseta y nos llevaba al alargue, una corrida de Facundo Tejada le permitió poner a Talleres arriba. El Matador había llegado para ese momento y jugaba al límite de una falta que le abriera la puerta a Jockey. El Burrero se fue a buscar ese tanto que le permitiera ampliar su crédito y lo consiguió a falta de muy pocos segundos para el final con un disparo de Nico Páez, que la puso abajo pegada al segundo palo. Un lugar al que Fede Pérez no pudo llegar, quien además vio como la pelota pasó entre varias piernas.
Talleres había perdido hasta ese momento a Ghiotti por un golpe en la nariz y a Lautaro Rodríguez por un problema en su empeine, pero Lauti pidió volver a la cancha y en una de sus primeras intervenciones puso el 3 a 2 para los de Stahringer. El festejo iba viajando de la tribuna Oeste a la Este casi sin escalas.
En una arremetida de Martín Cusa, su centro fue conectado por Tuti Colombi para volver a empardar el marcador y no hubo otro camino que llevar las cosas a los penales. Allí, Pérez que ya le había tapado un tiro castigo a Gallegos, volvió a detener el disparo del hombre del Jockey. Hasta ese momento todos habían convertido y la responsabilidad quedó en los pies de Gonzalo Aveiro que no perdonó y desató el festejo azulgrana.
Una revancha para Talleres por el traspié que había tenido en el Clausura.
Jockey, por su parte, demostró que su categoría está intacta. Fue sin dudas el mejor del año llegando a las cuatro finales de los torneos que se disputaron. Un plantel con jugadores de enorme talento, mucha experiencia y sobre todo amor propio.
En la maratónica jornada, Junín le ganó a Sanidad el ascenso en otro partido muy parejo y que se definió en el alargue. El conjunto del Este volvió así a la Primera A tan solo una temporada después de haber perdido la categoría en Promoción.
Por la C, Universidad Maza dio vuelta un resultado adverso en el primer tiempo frente a San Pablo y se quedó con un ansiado ascenso a la segunda categoría. Fue 4 a 3 en un encuentro en el que los lujaninos habían dominado el primer tiempo, pero los universitarios fueron una tromba en el inicio de la segunda etapa.
Mientras que en la D, Sindicato Maipú también tuvo que recurrir a los penales para superar a Guaymallén B (equipo que terminó el torneo sin conocer la derrota) y consiguió el ascenso en su primera temporada en la categoría. Los maipucinos se unieron a los torneos de Fefusa en agosto.
Tuvieron además al gran goleador del torneo Clausura, Matías Calderón, quien hizo 55 goles.
Previamente a las finales masculinas, se jugaron dos definiciones femeninas. Ambas de la categoría F 20. En Plata, Maipú le ganó a Independiente Rivadavia, quedándose así con su segundo trofeo consecutivo en la categoría, mientras que Cementista (campeón Nacional de la categoría) ratificó sus pergaminos y venció a Guaymallén para coronarse bicampeón. Un equipo en el que hay mucho futuro, aunque algunas de sus jugadoras ya son presente.