La derrota de Boca en el Superclásico ante River dolió, pero los hinchas y la dirigencia tienen en claro que “el partido” es el jueves ante Palmeiras por las semifinales de la Copa Libertadores.
Por esa razón el vicepresidente de Boca, Juan Román Riquelme, tomó la decisión de bajar del palco desde donde habitualmente ve los partidos del Xeneize y se dirigió directamente hacia el vestuario local, sin antes saludar a los hinchas que se cruzaba camino al vestidor en el Estadio Alberto J. Armando.
Los datos duros indican que Boca apenas ganó uno de sus últimos nueve partidos (3-0 contra Central Córdoba) y el panorama de cara al jueves no es demasiado alentador. Por ese motivo, el vicepresidente del Xeneize se metió en el vestuario para hablar con los futbolistas y dar un mensaje claro antes de enfrentar al Palmeiras.
No es la primera vez que Román recurre a este procedimiento en los momentos importantes. No es un reto ni algún tipo de castigo, sino unas palabras de aliento y reconocimiento al esfuerzo que viene realizando el plantel para estar entre los cuatro mejores equipos de Sudamérica.