“El agradecido soy yo. El reconocimiento y el cariño que me dan, llega a emocionarme. Pasó mucho tiempo de mi gloria futbolística y es lindo sentir el mimo de ustedes”, dice Ubaldo Matildo Fillol, parado frente a un auditorio que lo ovaciona de pie y no puede más que rendirse ante la evidencia: es uno de las grandes glorias que dio el fútbol de este país.
El exarquero, campeón del mundo con Argentina en el Mundial de 1978, a sus 72 años, se dedica a recorrer el país con un ciclo gratuito de talleres motivacionales, destinado a líderes, emprendedores, docentes, deportistas, aficionados, grandes y chicos que tengan interés por aprender de liderazgo.
“Siempre le digo a la gente que el cariño es el mismo. El recibimiento cada vez que vengo es siempre igual. Nuestra carrera deportiva siempre tuvo el plus de la gente. Ahora, con el tiempo, tras muchos años sin jugar, y con lo conseguido en el mundial 1978, es increíble como siguen dándome su afecto”, confió.
Desde la tranquilidad habitual que siempre se le reconoció a la hora de hablar, Fillol mantuvo un interesante ida y vuelta con un público que acompañó la charla en absoluto silencio.
El exarquero de River Plate y Racing Club, entre otros equipos, compartió sus experiencias como jugador profesional, en una carrera que se extendió entre 1969 y 1990. Allí habló en primera persona sobre temas comunes: liderazgo, motivación, la importancia de los padres en el aprendizaje, transmisión de valores, docencia, ideales y el aporte fundamental para el crecimiento físico e intelectual de los deportistas.
“Muchos chicos van a la escuela de fútbol por un alimento. Es por eso que luego del entrenamiento un alimento es clave. Entonces, yo le pido a la dirigencia política que inviertan ahí. El país está en manos de la juventud y no solo estamos hablando de fútbol”, dijo, buscando el compromiso del arco político que participó de la reunión y se comprometió a aunar esfuerzos en pos de seguir brindando espacios de contención a niños y adolescentes de toda la provincia.
Apoyado en su amplio bagaje en el mundo del fútbol, donde vistió camisetas de las denominadas “pesadas”, el inolvidable Pato rememoró momentos de su carrera y aportó detalles sobre el liderazgo en grupos numerosos e invitó “a no bajar los brazos”.
“La lucha constante por los sueños y los deseos personales. Eso me pasaba cuando jugaba al fútbol. Fue una lucha permanente y constante en mí para poder superarme todos los días. Una vez ataje cinco mano a mano y un penal y ganamos 1-0. Sin embargo, yo en el vestuario no celebraba. Estaba pensando en cómo iba a hacer el próximo partido para superarme. Y este creo que es un buen mensaje para todos aquellos que no tienen los medios que deberían tener: nunca bajar los brazos. Es la esencia del pueblo argentino, del jugador argentino: levantarse y pelear”, explicó.
Tras la charla motivacional, realizada en el Salón 2 de la Nave Cultural, Fillol se dirigió a la Legislatura provincial, donde fue recibido por el vicegobernador Mario Abed y demás funcionarios provinciales. Allí recibió algunos presentes y aprovechó la ocasión para rememorar su enorme carrera deportiva, que inició en 1969 en Quilmes y terminó, a sus 40 años, en 1990 con la camiseta de Vélez Sarsfield.
“Entendí hace mucho tiempo que tenemos que hacer docencia de forma permanente, fundamentalmente con los chicos. Queremos llevar un mensaje alentador, no solamente a los chicos, sino también a los profes y a los padres”, sentenció.