El primer “contrato” entre Lionel Messi y el Barcelona se firmó entre tres personas en una cafetería. Hoy, casi 20 años más tarde, ese documento que descansa en una caja de seguridad en Andorra toma un valor especial, luego de que se confirme que no renovará su contrato con el Culé y que no seguirá en el equipo.
La historia se remonta a septiembre del 2000, cuando la Pulga viajó a España junto a su padre para realizar una prueba en el Barcelona gracias a las gestiones de los representantes Fabián Soldini, Martín Montero y Horacio Gaggioli, quien residía en ese país. Tenía que demostrar todo lo que había hecho en Newell’s. Y lo hizo, pero se tuvo que volver a Rosario con la promesa de un llamado inminente.
Pasaban los días pero Joan Gaspart, entonces presidente del club catalán, no estaba seguro de apostar por un chico de 13 años que tenía problemas de crecimiento y ni siquiera pasaba el metro cuarenta. La mano cambió el 14 de diciembre, cuando Gaggioli fue a jugar tenis al club Pompeia del Mont Juic con Carles Rexach, entonces secretario técnico del Barça, y luego a almorzar en la confitería del club. Allí se sumó el agente Josep Maria Minguella, quien junto a Gaggioli “presionó” a Rexach para que se decidiera.
En Barcelona, a 14 de diciembre del 2000 y en presencia de los Sres. Minguella y Horacio Carlos Rexach Secretario Técnico del F.C.B. se compromete bajo su responsabilidad y a pesar de algunas opiniones en contra a fichar al jugador Lionel Messi siempre y cuando nos mantengamos en las cantidades acordadas.
El propio Rexach recordó sus primeras impresiones sobre Messi en numerosas entrevistas. Dijo que “si hubiera pasado un marciano por allí, se habría dado cuenta de que era muy especial”, o que la Pulga “había viajado para una prueba de 15 días y le sobraron 14”. Según cuentan quienes presenciaron aquellas primeras prácticas, lo que hizo el argentino fue algo fuera de serie.
Veinte años más tarde, la servilleta sigue en manos de Gaggioli, que vive en Andorra y la tiene guardada en una caja fuerte del banco Crèdit Andorrà. Según un artículo publicado por Infobae, el representante recibió ofertas millonarias que van desde una empresa de Estados Unidos hasta un museo de Tokio. Pero no piensa en venderla y solo estaría dispuesto a cederla a préstamo al Museo del Barcelona. “Creo que debería estar allí, en un lugar preferencial junto a los Balones de Oro de Messi, ya que ese papelito es el que le cambió la historia contemporánea al club”.