Uno de los mayores cazatalentos del fútbol argentino falleció a los 88 años. Se trata de Jorge Bernardo Griffa, símbolo de Newell’s Old Boys de Rosario y de sus divisiones formativas.
Fue la propia institución rosarina quien informó sobre lo ocurrido, a través de un comunicado: “Lamentamos profundamente el fallecimiento de Jorge Bernardo Griffa. El Maestro, símbolo indiscutido de Newell’s, fue jugador, técnico de inferiores y el creador del semillero leproso que dio enormes figuras al mundo. Tu legado siempre será parte de nuestra historia, que en paz descanses”, concluyó el texto.
Lo cierto es que este maestro del fútbol nacional comenzó su trayectoria como jugador, nada más y nada menos que en su casa: Newell’s Old Boys. Hay que decir que durante su carrera tuvo un paso fugaz en la selección argentina, con la que fue campeón del Sudamericano (actual Copa América) de 1959. Pero sobre todo en el Atlético de Madrid, donde se convirtió en ídolo para los “colchoneros”, a base de su templanza.
Tras su retiro, entendió que para lograr que una institución del interior creciera y peleará a la par de los grandes, lo que tenía que hacer era invertir en su materia prima. Fue en las divisiones formativas de Newell’s, donde desplegó una función docente, a la par de suministrarle a los jóvenes jugadores los conocimientos propios para el desarrollo de la actividad deportiva.
Allí en la entidad del Parque de la Independencia cultivó una relación de amistad con Marcelo Bielsa, a quien impulsó para que se dedicase a la dirección técnica, a fines de los ‘80: “Vení a trabajar conmigo y veremos hasta dónde podés llegar. Necesitás tener un grupo de chicos elegidos y trabajados por vos y ese será el equipo del futuro”, le dijo Griffa a Bielsa, en una nota reproducida por la Revista El Gráfico.
Lo cierto fue que la peregrinación de Griffa por pueblos de Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires, le permitió encontrar algunos diamantes que luego puliría. Gracias a su visión y exigencia, el club no solo brindaba a los más jóvenes contención y desarrollo físico, sino que apostó por la educación “para darles armas para la vida, aunque no llegasen a Primera”, y también en ese aspecto fue haciendo escuela.
Tras su fructífera etapa en el club del Parque Independencia seguiría Boca, cuando Mauricio Macri se lo llevó a la Ribera para recuperar la fábrica de cracks que históricamente había sido La Candela, y Griffa se encargó de nutrir jóvenes a la época dorada con Carlos Bianchi en el banco de Primera.
Tras una breve etapa en México, este hombre tuvo un último paso en 2016 por Independiente, club de sus primeros amores. Afortunadamente, los reconocimientos le llegaron en vida cuando el propio Marcelo Bielsa decidió financiar la construcción de un lugar de concentración para el primer equipo en el predio que Newell’s posee en Bella Vista. Su mayor exigencia fue el homenaje en vida que quiso ofrecerle a su mentor: se llama Edificio Jorge Griffa.
Sin duda que este maestro del fútbol deja una huella imborrable y un legado difícil de igualar para cualquier persona experta en el desarrollo de inferiores y marcha así con el aval de haber descubierto a grandes cracks como Norberto Scoponi, Jorge Valdano, Américo Gallego, Ricardo Giusti, Gabriel Batistuta, Fabián Basualdo, Roberto Sensini, Maxi Rodríguez, Walter Samuel, Abel Balbo, Gabriel Heinze, Nicolás Burdisso, Éver Banega, Sebastián Battaglia, Fernando Gago y Carlos Tévez.