Matías Busto cumplió 14 años el 14 de junio pasado. De ellos, lleva más de 10 “corriendo detrás de la pelotita”. El adolescente, que comenzó jugando al fútbol de salón en el Club Cooperativa Norte de Fray Luis Beltrán (tras un brevísimo paso por Godoy Cruz Antonio Tomba), brilló luego en las juveniles del equipo de fútbol 11 de ese distrito maipucino. Y esto le valió pasar al Club Atlético Lanús el 25 de enero de este año.
A 6 meses de haberse mudado a Lanús, de instalarse en la pensión del club ubicado en la Provincia de Buenos Aires -donde vive actualmente- y de haber debutado en la Novena del “Grana” (categoría 2008), el viernes pasado por la tarde recibió esa noticia que cualquier jugador de fútbol sueña con recibir desde el día en que decide dedicarse a ser profesional. “Me escribió el profe del club para contarme que había quedado preseleccionado para el Sub 15 de la Selección Argentina. Venía de tomar la mediatarde con mis viejos, leí la noticia en voz alta y me largué a llorar. ¡No lo podía creer!”, resume con su timidez característica “el Mati”, aquel mismo que a fines de enero dejó Beltrán entre asados, festejos y todo el clamor del pueblo, que sabía que el hijo prodigio del “Fraile” (como le llaman popularmente al equipo de fútbol de esa localidad) tenía un gran futuro. Un futuro que, como canta Carlos Alberto Solari, “llegó hace rato”.
“Es el sueño de cualquiera, ¡no lo podía creer cuando recibí el mensaje! Al día siguiente en casa hicimos unos ravioles al disco para celebrar”, cuenta -entre risas- Mati, quien estuvo en Mendoza toda la semana pasada junto a sus padres aprovechando el receso en el campeonato de inferiores. Pero que el domingo, a las 18:50, debió regresar a Buenos Aires para presentarse durante la mañana de hoy en el predio de la Selección Argentina en Ezeiza.
“El lunes, martes y miércoles, a las 13:30, entrenamos en Ezeiza con el cuerpo técnico de la Selección. Si finalmente quedo, el año que viene vamos a tener distintos partidos con la Selección”, destaca, ilusionado, Matías Busto. “Siempre soñé con esto, mi sueño llegar a la selección mayor y jugar el mundial”, se sincera Mati. Y sus palabras recuerdan a aquellas que quedaron inmortalizadas en un video y que salieron de un también adolescente Diego Armando Maradona. Y que fueron filmadas en un potrero de Villa Fiorito, casualmente a menos de 5 kilómetros de la pensión de Lanús donde está viviendo desde enero Matías Busto.
“Estamos más contentos que perro con dos colas. Era algo que a Mati le habían comentado, pero muy al pasar. Por eso cuando llegó la confirmación de que estaba en la preselección, no lo podíamos creer”, acota a su turno Jorge Busto, padre de Mati y quien junto a Laura Martínez (mamá del futbolista) son los hinchas número uno de Matías.
“En estos 6 meses se le cumplieron muchas cosas, muchos sueños a Mati. Y la sensación que tenemos todos ahora es tan rara; una mezcla de emoción, alegría, orgullo. Todo junto y todo por el esfuerzo de él en este tiempo”, agrega su padre.
La nueva vida de Mati
Prácticamente Mati aprendió a caminar con una pelota de fútbol a su lado. A los 4 años, mientras él y su familia vivían en Godoy Cruz, fue a probarse al Tomba y allí comenzó su carrera como futbolista. Sin embargo fueron unos pocos meses, ya que hubo un problema con quien era el profe de la categoría. A ello se sumó que, por cuestiones laborales, la familia Busto - Martínez debió mudarse a Fray Luis Beltrán (Maipú).
Ya en esta localidad maipucina, Matías Busto recaló en el Club Cooperativa Norte, donde comenzó a jugar fútbol de salón (es uno de los clubes más importantes de la disciplina en Mendoza). Cuando cumplió 9 años, a Mati lo llamaron para que pase a integrar la categoría 2008 del Club Fray Luis Beltrán, ya en fútbol 11 y en césped, por lo que durante algunos años jugó en las dos superficies: fútbol de salón en el Cooperativa Norte y fútbol 11 en el “Fraile”.
Fue en 2018 cuando Lanús puso los ojos en “la joya beltranina”. Fue durante unas pruebas a jugadores que hizo “el granate” en Palmira, y Busto fue uno de los jugadores elegidos para llevarse a Buenos Aires. Para estar a la altura de las circunstancias y expectativas, Matías convirtió 5 goles en el primer partido que jugó ya estando en Lanús. “Juego de 11, y también por la izquierda. Además, he jugado al fútbol de salón muchos años”, se describió Matías Busto en una entrevista con Vía Mendoza en enero de este año y antes de viajar a Buenos Aires. “Pero también ha jugado de 7, de 10 y hasta de doble 5. Tiene una lectura muy amplia respecto al juego”, acotó en esa misma charla su padre.
“Dentro de estos 6 meses he vivido de todo y la mayoría han sido momentos muy lindos. Jugando en la Novena de Lanús (categoría 2008) pude viajar a Mar del Plata, a Rosario, a Córdoba y también vinimos a Mendoza a jugar contra el Tomba”, destaca el crack mendocino sobre este primer medio año en Lanús.
En las 20 fechas que ya han transcurrido del torneo y desde su debut, Mati ha convertido 5 goles. Y él mismo reconstruye cuál considera que ha sido el más importante. “Cuando jugamos con Boca, estábamos cuartos y ellos, terceros. Íbamos perdiendo 1 a 0, pero hice el 1 a 1 yo y el 2 a 1 un compañero, ganamos y quedamos terceros. Ese día realmente estaba muy contento porque le habíamos ganado a Boca”, rememora Mati. La Novena de Lanús se mantiene en el tercer puesto del campeonato, por debajo de River y de Talleres de Córdoba.
“La vida en Buenos Aires es muy distinta, cambia todo comparado con cómo vivía en Mendoza. La rutina incluye entrenamientos, ir a la escuela. ¡Y hasta el clima es muy diferente!”, cuenta el delantero mendocino.
Llegar a Lanús le permitió, además, conocer a dos grandes referentes del plantel granate de Primera como son José “Pepe” Sand y Lautaro “el Laucha” Acosta. De hecho, justamente uno de los hermanos de Lautaro Acosta, Nacho, es el representante del joven crack mendocino. Mientras que otro de los hermanos del jugador de primera, Rodrigo, es actualmente el DT del plantel de Primera.