Todos los aplausos son para Italia, para este equipo de Carmine Nunziata que levanta sus brazos mientras se saluda con sus colaboradores. Las más de 35 mil almas presentes en el Malvinas Argentinas dieron su veredicto en una noche histórica. Porque mucho más allá de la rivalidad deportiva que existe con Brasil, la gente se inclinó por el equipo que mejor fútbol desarrolló a lo largo de la fresca tarde-noche histórica mendocina.
En la continuidad del grupo D, Italia y Brasil le dieron forma a un verdadero partidazo que prometía espectáculo desde el mismo momento en el que se conoció el fixture. Los mendocinos, unos privilegiados.
Empezó mejor Italia, con presión alta, posesión y mucha dinámica en el juego por dentro. Así, generó la primera chance tras una transición ofensiva que terminó con una falta de Santos a Baldanzi a centímetros de la medialuna. Casadei ejecutó y la pelota pasó cerca del ángulo izquierdo. Agasapado, Brasil esperaba para salir de contra. En un error en la salida italiana, Gomes presionó y cortó ante Faticanti y abrió para Biro, quien mandó un buscapié que Guarino mandó al córner con lo justo.
A pesar de esa llegada de la Canarinha, la Azzurri se puso en ventaja con un golazo. Después de una excelente jugada que comenzó con un pase filtrado de Baldanzi, Turicchia apareció por izquierda para mandar un centro al área, Faticanti la peinó y por detrás apareció Prati para comerle la espalda a Kaiki y facturar. Italia se ponía merecidamente en ventaja.
Brasil respondió con una acción en la que Giovani recibió una falta a metros del área. Martins remató el tiro libre a colocar y encontró bien parado al buen arquero Descplanches.
Los de Nunziata siguieron buscando con voracidad ofensiva y mucha gente pisando el área. Así, después de un córner de Pafundi, Mycael salió mal y Casadei cabeceó por dos en el área para el 2 a 0. Y acto seguido, el propio Casadei, la gran figura de la noche, facturó un penal que le había cometido Arthur: 3-0 y sorpresa.
Brasil, que hace unos meses atrás ganó el torneo Sudamericano Sub 20 de manera invicto y venciendo en la final nada menos que a Uruguay, era una sombra de aquel equipo.
A pesar de sufrir asusencias de peso como las de Endrick, Vinicius Tobías y Roque, el equipo de Menezes jamás se asemejó a una selección de su país ni mucho menos. Timorato en la presión, sin salida clara del fondo ni generación de juego en el medio, el Scratch estuvo lejos de mostrar el estilo de juego del fútbol brasileño.
Para colmo, Andrey Santos, el jugador del Vasco da Gama que a partir de la próxima temporada esetará en el Chelsea, brilló por su ausencia y Brasil lo sintió demasiado.
Pudieron ser cuatro o cinco de Italia en otra eléctrica transición ofensiva comandada otra vez por el zurdo Baldanzi, pero Mycael salvó el zurdazo de Turicchia que pedía ángulo.
El elenco de Carmine Nunziata era una máquinita. Tanto, que sobre los 42′, en otra jugada que nació con un pase filtrado del central Ghilardi desde el fondo, Esposito pivoteó para Baldanzi, el chiquitito picante condujo y sacó un remate que Mycael despejó.
Después de que Mycael salvara el cuarto de Baldanzi en el inicio del ST, los cambios de Ramón Menezes comenzaron a surtir efecto. A pesar de que Italia siguió dominando, sobre el final del partido, Brasil achicó el marcador en dos ocasiones por intermedio de Marcos Leonardo.
Italia ya había dado su cátedra.