Pasó lo que no tenía que pasar. Pasó lo que se intenta erradicar en el fútbol, porque antes de ser una competencia es un deporte en el que los equipos deben respetarse. Y este sábado quedó de manifiesto que se carece de eso.
Y sigue dando impotencia, bronca y hay una terrible decepción después de ver este fin de semana, que una pelea callejera se haya desatado dentro de una cancha durante un torneo oficial.
Porque somos testigos de que en los últimos años en la Liga se gestaron muchas cosas con el fútbol femenino. Que hay un crecimiento producto del esfuerzo de Giuliana Díaz y sus fervientes colaboradores, que son pocos pero hacen mucho por posicionar al fútbol femenino en lo alto y eliminando ese estigma arrastrado de épocas en el que el fútbol sólo era para varones y la que lo practicaba era “machona”.
Y hoy eso es pasado. Las nenas eligen fútbol, como al hockey o el vóley y tienen un lugar.
Pero este sábado, ese minucioso trabajo de décadas, de mujeres que tejieron al fútbol de la rama para mejorarlo y enorgullecerse, en un minuto quedó desintegrado.
Se juega un torneo en donde se homenajea a una de las mujeres más luchadoras del fútbol local, en actividad como técnica, Silvana Villalobos quien es además entrenadora de Las Pumas, lo cual poco debe haberse sentido honrada ante semejante escenario.
Pero también es el año en donde por primera vez en la vida de la Liga Mendocina se creó el torneo de inferiores femenina. Y después de este episodio de descontrol, ¿dónde quedó el ejemplo que se les quiere dar a las más pequeñas, al futuro del fútbol femenino, a las promesas y a las mujeres del mañana?
¿Dónde queda la base de todo lo construido por ustedes, futbolistas?
Es ahora donde aquellas protagonistas del partido de Godoy Cruz (que jugarán una Copa Federal) y Las Pumas (últimas campeonas y primer equipo con jugadoras profesionales), reflexionen cuánto les ganó la irracionalidad por la supuesta rivalidad.
Ustedes deberán pensar en cómo revertir esa imagen que ya vio todo el país. Que los medios nacionales hicieron eco pero que, sobre todo, -y es lo que más importa- cómo inculcarles a las sub 17, 15, 12, 10, 8, 6, 4 y las que vengas después, que lo que ustedes hicieron es vergonzoso y no se debe repetir.
Que la educación y el respeto en una cancha de fútbol también se debe entrenar y ser las mejores en esto, para poder ganar. Y que la justicia –en este caso- la tiene el árbitro, qué errático o no, es sólo función de él. Instrucción básica para un jugador de cualquier deporte.
Es hora que lo recuerden, lo apliquen y jamás lo olviden.