El presidente de Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), Rogério Caboclo, fue acusado formalmente hoy de acoso moral y sexual por parte de una empleada de la entidad, informó el medio Globo Esporte.
La demandante presentó su denuncia este viernes por la tarde en la Comisión de Ética y la Junta de Gobierno y Cumplimiento de la CBF, con el detalle de los supuestos abusos perpetrados desde abril de 2020 y solicitó que Caboclo sea investigado y destituido.
El titular de la entidad no se pronunció sobre la denuncia, en medio de la polémica por la organización de la Copa América en Brasil que ratificó el presidente Jair Bolsonaro.
Entre otros episodios que contó la empleada de la Confederación, Caboclo tuvo conductas abusivas durante los viajes y reuniones y en presencia de otros dirigentes: le preguntó si se masturbaba, la llamó “perra” e intentó obligarla a comer una galleta de perro; dejó su vida personal expuesta frente a empleados y directivos, y le inventó relaciones con miembros de la CBF.
”Pasé por un momento muy difícil en los últimos días. Incluido tratamiento médico. De hecho, hoy presenté una denuncia ante el Comité de Ética del Fútbol Brasileño y la Junta de Gobernanza y Cumplimiento, para que se tomen las medidas administrativas”, aseguró la demandante a Globo, que no reveló su nombre para proteger a la víctima.
Según la empleada, que forma parte del sector ceremonial, Rogério Caboclo -quien asumió como titular de la CBF en 2019- estaba alcoholizado mientras se produjeron los abusos y muchas veces le solicitaba que escondiera las bebidas que consumía durante las horas de trabajo.
El documento fue enviado por correo electrónico al presidente del Comité de Ética (un organismo independiente de la CBF) y al director André Megale, responsable de Gobernanza y Cumplimiento.
Si bien la denuncia se hizo pública hoy, según la empleada, sus compañeros y superiores (incluidos los directores y vicepresidentes de la Confederación) ya habían tomado conocimiento de estos abusos desde hace por lo menos un mes y medio.
La empleada, que trabaja en la CBF desde 2012, había pedido licencia por problemas de salud en las últimas semanas, cansada del abuso de poder de Caboclo.
Entre las sanciones previstas por el Código de Ética y Conducta de la CBF se encuentran las advertencias (reservadas o públicas); multas de hasta 500.000 reales; la provisión de trabajo comunitario; despido por causa justificada; suspensión hasta por 10 años; prohibición de acceso a estadios hasta por 10 años; y prohibición de participar en cualquier actividad relacionada con el fútbol, hasta por 10 años.
El Comité de Ética podrá recomendar al organismo correspondiente de la CBF que notifique a las autoridades policiales y judiciales competentes.
Además, la aplicación de sanciones a los funcionarios electos estará sujeta a la confirmación de las Asambleas Generales Administrativas de las respectivas entidades, con la aprobación de 3/4 (tres cuartos) de todos sus miembros como requisito.