Ni el más optimista hincha de Estudiantes de Río Cuarto sentía que podía darse tanta diferencia entre su equipo e Independiente Rivadavia. Pero claro está, el Azul pagó con una derrota dolorosa las bondades defensivas que mostró durante todo el partido y se volvió a Mendoza con las manos vacías en lo que es su objetivo por meterse en el Reducido: 4-1.
El encuentro de la fecha 34 de la Primera Nacional arrancó mostrando la necesidad de ambos de poder sumar en procura de lograr el objetivo. El León, con una línea de a tres atrás intentó copar la línea de volante, frente a una Lepra que sin el lesionado Matías Quiroga, trataba de unir líneas y asociando a sus jugadores de buen pie, se instaló más cerca de Brian Olivera que de su arquero Jorge De Olivera. Más cerca de los diez minutos iniciales, con Marcos Arturia y Marcich el equipo de Marcelo Vázquez ganó territorio y desnivelando por izquierda llegó a la primera clara del partido. La defensa Azul no logró despejar una pelota y tras el córner de Bottino, Reynaga marcó el primero.
Arrancó un partido diferente, porque el local manejaba el balón e Independiente no encontraba una fórmula como para llevar las acciones a territorio contrario. Dentro de ese panorama, los minutos pasaban y se hacían amigos de Estudiantes ante una Lepra que intentó acarrear peligro por la vía aérea, pero todo se le hacía dificultoso porque su principal arma en las alturas como Matías Quiroga, estuvo ausente por lesión. La cuestión era juntar pases. Que Tonetto y Turraca se hicieran dueños del centro del campo y que tanto Luna como Palacio se acercaran para alimentar a Ambrogio y Coronel o que esas jugadas dejaran de ser insinuaciones para transformarse en ataques. Pero nada de eso pasó y el descanso encontró abajo en el marcador, por muy poquito, al equipo de Gómez.
En el ST, Independiente trató de ser prolijo, pero le faltaba profundidad. Para colmo de males, Reynaga le ganó a Scolari por izquierda, envió un centro al medio y Nicolás Talpone le puso su sello goleador. El golpe del final por cómo estaba la Lepra en su versión de ayer. Igualmente, en un unipersonal, con caño incluido, Ambrogio buscó despertar a los suyos y su derechazo se estrelló en el horizontal. Nada salía. Encima, un par de minutos después, Reynaga sentenció nuevamente a De Olivera para estirar la brecha a tres goles, que luego fueron de cuatro con el tanto de Ferreyra. Increíble, pero real. Ambrogio, lejos el mejor, descontó para hacer menos doloroso el resultado.
En la próxima fecha Independiente recibirá a Alvarado de Mar del Plata el próximo domingo a las 17 con la misión de ganar para acercarse al reducido.