Difícil imaginar un cierre de ciclo mejor. El adiós de Éver Banega en Sevilla será por la puerta grande, como campeón de la Europa League y habiendo desplegado un gran fútbol. A sus 32 años, y luego de cinco años y dos etapas en el conjunto andaluz, el N°10 se marcha al fútbol árabe y deja no solo una insondable huella en el corazón del hincha sino, también, un récord imposible de batir.
De las seis copas de este quilate que ostenta el equipo español en sus vitrinas, tres fueron alzadas por Banega, cerebro y motor sevillano, que se desempeñará la próxima temporada en Al Shabab. La primera, en 2015, frente al Dnipro. Un calendario más tarde, lo mismo ocurrió ante Liverpool. Y en esta edición, la víctima en la noche germana fue Inter, de Lautaro Martínez.
De esta manera, se desarrolló la última función del rosarino con la camiseta albirroja. Laureado y vigente, se aleja con el mote de ídolo bien ganado. Su aporte en el elenco de Julen Lopetegui fue preponderante, al igual que el del argentino Lucas Ocampos, para acariciar la gloria y volver a pisar fuerte en el continente. “Me voy contento del club de mi vida”, expresó Banega, con la voz cascada y los ojos vidriosos.