Godoy Cruz está viviendo un gran presente desde que Diego Flores se hizo cargo del equipo ante la salida de Sebastián Méndez, ya que lleva cinco partidos sin derrotas con tres triunfos y dos empates (uno fue por Copa Argentina ante Racing y luego terminó ganando por penales).
De la mano del cordobés el Tomba encontró un equilibrio defensivo, pero sin resignar el ADN ofensivo que le implantó el “Gallego” y eso le permitió ganar los partidos que lo metieron en la siguiente fase de la Copa Argentina y lo subió hasta el puesto 8 de la Liga Profesional.
Méndez le sacó al Expreso el chip de perdedor que heredó de la pésima campaña de Diego Martínez y lo volvió competitivo nuevamente, pero debalanceado, sobre todo en la defensa. Las estadísticas marcaban que el Tomba de Méndez estaba entre los equipos más goleadores del torneo, pero también estaba entre los más goleados. En nueve fechas marcó 10 goles, pero le convirtieron 15.
Desde que asumió Diego Flores este Godoy Cruz cambió la cara. Mantuvo el hambre ofensivo, pero se resguardó mejor en defensa con los mismos protagonistas. Ahí es donde aparece la “magia” del ex asistente de Marcelo Bielsa.
En sólo un partido le marcaron más de un gol y fue en el partido ante Racing por Copa Argentina, pero Flores utilizó varios jugadores que habitualmente no son titulares.
El flamante entrenador tombino decidió darle confianza a defensores como Gianluca Ferrari y Leonel González ante las lesiones de Guillermo Ortíz y Néstor Breitenbruch y también espera por la recuperación definitiva de Nicolás Sánchez. Además los laterales (Elías López y Damián Pérez) se transformaron dos perros de presa que marcan en toda la banda.
Parte de esa receta de Flores es la presión alta para recuperar rápido la pelota y ser vertical. Si bien a este Godoy Cruz le gusta tener la pelota, no se desvive por ganar en el porcentaje de posesión, ya que expande la cancha para aprovechar la velocidad de los acompañantes del “9″.
Además es despliegue y la sabiduría que tiene con Nélson Acevedo y Gonzalo Abrego le permite tener relevos y llegada al arco contrario.
Así es el nuevo Godoy Cruz de Diego Flores, un equipo que se hace fuerte en defensa gracias a la recuperación rápida de la pelota por la presión y que tiene un ataque directo con un grupo de atacantes que está pasando por un gran momento.