Como pocas veces, a lo largo de la charla, la voz del presidente de Huracán Las Heras, Rafael Giardini, se perderá en un hilo imperceptible. Incluso, a veces, no conseguirá completar frases. La angustia por lo vivido el pasado domingo, cuando un par de forajidos decidieron que la vida valía nada y desataron una lluvia de balas hacia el interior del General San Martín, es grande. Y él no puede ocultarla.
La cita es en calle Olascoaga, donde late el corazón de Las Heras y donde la peor pesadilla del Globo inició. Aún retumba en el eco de sus tribunas el silbido de las balas y los gritos de quienes quedaron presos de una situación sin precedentes en el fútbol argentino. Pudo ser mucho peor.
- ¿Cómo estás?
- Dicen que no hay penas que no se puedan superar, pero, desgraciadamente, después de lo sucedido y la sanción, uno no puede sentirse bien. Queríamos terminar de la mejor manera y nos pasó lo contrario.
- ¿Qué pensaste cuando escuchaste las detonaciones?
-Creí que eran fuegos artificiales. Pero cuando me di cuenta de lo que pasaba, me preocupé mucho. No sé porque sucedió esto, no lo puedo comprender. Ni siquiera me puedo recuperar. No me quiero victimizar, pero...
- ¿Qué fue lo primero que se te cruzó por la cabeza?
- Rogaba que por favor no pasara a mayores. Recién cuando llegué abajo me enteré que estaba herido el entrenador de Ferro. Ahí me acerqué al vestuario, me puse a disposición y lo trasladamos en ambulancia. Es mentira, como dicen ellos, que no había una ambulancia. Respecto de lo que sentía: mucha vergüenza.
- ¿Qué te pareció el fallo?
- Para nosotros es duro; durísimo. Pero sabemos fehacientemente que lo que nos tocó vivir fue tan difícil para nosotros como para la delegación de Ferro. El fallo no se puede discutir. No nos ha gustado, en absoluto, pero lo que pasó fue muy grave.
- Finaliza tu mandato en unas semanas; ¿vas a continuar?
- No tengo ganas de continuar. He tenido unos días muy bravos porque estamos trabajando en las desvinculaciones del plantel. Algunos jugadores se han portado muy bien con el club y otros no han soportado las presiones y se han ido aun teniendo contrato, para luego enviar cartas documento con deudas que no son tales. Sin embargo, no vamos a sancionar a nadie e intentaremos resolver estos temas.
- ¿Y cómo se sigue después de lo ocurrido?
- Esta mañana (por ayer), tuvimos una reunión con otros dirigentes y estamos preocupados por el futuro del club. ¿Quién va a querer venir al club con lo que ha pasado y con la sanción? Y me refiero no solo a dirigentes, sino entrenadores y jugadores. Es preocupante. Sin embargo, también es feo abandonar el barco en este momento. Ojalá existan personas que quieran seguir. Un nuevo grupo dirigencial no vendría mal.
-En las últimas horas cambio la versión primaria de que fue una pelea barrial y vuelve a hablar de una interna entre distintas facciones de la hinchada; ¿conocés a los principales cabecillas de la barra de Huracán?
- No se trata de conocer o no, porque todos los hemos visto. Me preocupa mucho más el por qué pasó esto y el lugar que eligieron. Porque si vos me decís que vinieron contra un jugador, contra los dirigentes o el club, bueno, hay un motivo claro. Sin embargo, esto no se entiende. Conozco a muchos hinchas, pero nunca los vi con armas. Claro, tampoco desde donde estábamos podía ver quiénes eran los que tenían armas, pero en general soy un agradecido con muchos hinchas por cómo se portaron colaborando con el club. Hoy nos toca enfrentar esto que nadie podía esperar y que nos pone, como dirigentes, en una situación indeseable.
- Preocupa el escenario y la forma en que decidieron dirimir sus diferencias...
-Ojalá esto tenga un fin; que no se vuelva a repetir, por el bien de la institución. Hasta antes del domingo fui muy feliz y disfruté la presidencia a pesar de las adversidades deportivas que tuvimos este año. Hoy no puedo decir que estoy bien. El futuro de Huracán es totalmente incierto. Se me hace muy duro dar un paso al costado, pero creo que no estoy a la altura para contener esta situación.
- El panorama a futuro como marcás es por demás complicado: un duro golpe económico, seguido de una situación deportiva donde el club comenzará muy atrás en la tabla...
- En las últimas horas me ha llamado mucha gente para ponerse a disposición, para iniciar una campaña de socios para que nos ayuden a pagar lo económico. Eso puede tener arreglo, pero los puntos que nos van a descontar nos ponen en un escenario complicado. Analizamos apelar y veremos si podemos cambiar ese fallo. Queremos demostrar que hemos hecho un importante trabajo de contención social. Huracán LH no es solo la cancha.
- ¿Crees que se les fue de las manos a la dirigencia del fútbol en general el tema de los barras o es algo que escapa a ustedes?
- Hablando desde mi club, es imposible solucionar esta situación, hoy por hoy. Mira que Mendoza tiene buenos dirigentes, porque sino no podríamos tener tantos equipos en categorías de ascenso, pero en mayor o menor medida, sin llegar al extremo nuestro, todos han vivido situaciones de esta índole. Yo era un convencido de que esto no nos iba a pasar nunca. Hoy agradezco que no pasó nada peor. Es lamentable la herida del entrenador visitante, pero fuimos muy afortunados de que no fuera peor. Los dirigentes de Ferro no creyeron nuestras disculpas y han cortado toda comunicación con nosotros. Realmente nos sentimos muy apenados y avergonzados por todo lo que les tocó atravesar.
- ¿Qué le dirías a quienes participaron de la página más negra de la entidad?
- (La voz se le quiebra y le cuesta hablar) Que recapaciten; que esto nos generó un desprestigio muy grande como entidad. Después de esto, a Huracán no creo haberlo defendido como corresponde. No me quiero victimizar, pero la vida tiene más valor que cualquier otra cosa. Mi perseverancia acá era por la felicidad que me dio el club, pero se hace muy difícil en este momento. Huracán no es solo la cancha; es la escuelita de fútbol, son los pibes que van todas las tardes a la sede. Hicimos muchas cosas lindas, pero esto lo tapa todo”.
En La Pampa, la sanción generó disconformidad
Tanto la dirigencia pampeana como autoridades del gobierno de esa provincia y periodistas deportivo marcaron su disconformidad con la sanción confirmada el pasado jueves.
Todos, en mayor o menor medida, apuntaron a la decisión de AFA de deslindar responsabilidades. “Desde el mismo momento en que se produjeron los hechos se comenzó a construir una historia para evitar la responsabilidad de la seguridad tanto dentro como fuera del estadio de Huracán Las Heras sobre lo ocurrido”, escribió el colega Rubén Arias, en el sitio www.yatecuento.com.ar.
“Vergonzoso, esa es la palabra que resume claramente el fallo del Tribunal de Disciplina de la AFA respecto al partido que no pudo finalizar entre Huracán Las Heras y Ferro de Pico, en Mendoza, debido a una tremenda balacera, en el que se escucharon unas 60 detonaciones, aunque la versión policial indica que fueron más de 30″, prosiguió.
“No es la primera vez que la AFA prioriza sus negocios con el poder sin importarle la gravedad de los hechos y ahora ni siquiera la integridad física de los protagonistas principales. Estamos hablando de un hecho sin precedentes en la historia del fútbol argentino y no sé si habrá alguno a nivel mundial: que un protagonista de un partido haya recibido un balazo y que los otros, jugadores, árbitros y cuerpos técnicos se hayan salvado milagrosamente”, expresó.