En el cierre de la fecha 37 de la Primera Nacional, Gimnasia y Esgrima igualó en su visita a Brown de Adrogué, en un partido que tuvo poco de vistoso, plagado de imprecisiones y casi sin situaciones de riesgo sobre los arcos. Así, el Lobo llegará con chances de meterse en la final por el primer ascenso a la última fecha, ya que quedó a tres unidades de los líderes: Deportivo Madryn y Nueva Chicago.
El comienzo del encuentro fue de absoluto análisis. Ninguno de los protagonistas fue capaz de arriesgar en pos del espectáculo y fue un desconcierto de pelotazos sin destino. Las modificaciones de Medrán pedían juego directo, pero nada de eso pasó. O sí, pero sin precisión alguna. El juego fue cayendo en la intrascendencia general y se hizo más disputado que jugado. El Lobo emparejó desde el fervor y la entrega, pero sin llegar a jugar bien.
Probó desde la izquierda el once mendocino, aunque sin claridad a la hora del pase final al área. El “Tanque” Silba fue un espectador de lujo y casi no entró en juego. De un lado y del otro se ausentaron los creativos. El balón pasó más tiempo en el aire que en dominio de los protagonistas. El espectáculo fue poco vistoso y más de un bostezo se vio en el Lorenzo Arandilla.
Sobre los 24 minutos llegó la primera acción de gol, como para incentivar a los presentes. Benítez abrió para Aguirre y el centro atrás encontró a Bogado, que desde la medialuna del área, le dio muy desviado. Respondió el Lobo con un cabezazo de Espósito, que fue a dormir a las manos de Rehak, y antes del final del primer tiempo apareció un córner de Solís (el mejorcito de los mendocinos) que Padilla cabeceó sobre el segundo palo y provocó otra buena intervención del arquero local.
El primer tiempo fue discreto, aunque quedó la sensación de que el Lobo terminó un poco más metido en campo rival, sin llegar a ser mucho más. Con el desequilibrio de Solís como arma primordial, el elenco mensana encontró un puñado de tiros libres en las inmediaciones del área local, que no supo resolver.
La esperanza estaba depositada en el segundo tiempo, pero fue un fiasco. Ambos siguieron con esa tónica de prestarse el balón y tenerlo más tiempo en el aire que otra cosa. El segundo tiempo sostuvo la irregularidad general del comienzo. Por ahora ninguno consigue sacarse de encima la falta de ideas. En 25 minutos de juego, los presentes siguen esperando alguna acción emotiva que les permita salir del aburrimiento.
En el Lobo apenas destacó un remate de Solís, que se fue desviado. El resto son imprecisiones en la mitad del campo, donde se prestan el balón y no hay claridad. El resultado les sirve a los dos: Gimnasia sigue con chances y Brown (A) define en la última fecha el descenso mano a mano con Atlético de Rafaela.
A poco del final, en la situación más clara de todo el partido, Matías Nouet, un exLobo, se elevó por el segundo palo para paralizar los corazones blanquinegros. Sin embargo, Tagliamonte voló para certificar el empate definitivo y decir que, pese al flojo partido en Adrogué, Gimnasia llega con chances a la última fecha.