No le sobró nada, pero era una “final” por la permanencia, había que ganarla y Godoy Cruz lo hizo. Por esos, el festejo loco de los jugadores con la gente tras el final del partido.
Fue Arsenal el que salió a imponer condiciones. Antes del minuto, tras una triangulación entre Kruspzky-Lomónaco y Pérez, el lateral ex Tomba llegó hasta el confín de la cancha y metió el centro, pero Díaz no pudo.
Lejos de ser una mala noticia la ausencia de Ábrego (acusó un estado febril), el ingreso de Tomás Castro Ponce terminó beneficiando a Godoy Cruz. Porque en la primera llega a fondo del Tomba, el volante ex River guapeó ante Rivero, le ganó a Canto y antes de llegar al fondo de la cancha mandó un centro al punto del penal que tomó a contrapierna a la defensa de Arsenal, pero no a Martín Ojeda, quien venía como una “tromba” y, desde la semiluna del área, la empalmó de lleno, cruzado: 1-0. El remate del zurdo se le hizo más difícil aún a Medina porque picó antes.
Los minutos siguientes después de la apertura del marcador tuvieron al Tomba como protagonista. Daba la sensación de que el equipo de la dupla se acomodaba y le encontraba la vuelta al desarrollo. Lógicamente, Arsenal acusó el impacto del gol en contra en lo que era una verdadera final.
Sin embargo, el elenco de Leonardo Madelón volvió a asumir el protagonismo a partir de los veinte minutos. Bastó que la sociedad Kruspzky-Lomónaco-Pérez juntara pases por el sector izquierdo del ataque del Arse, ahí por donde Breitenbruch casi siempre se vio desbordado y en inferioridad numérica.
Justamente, desde un centro de Kruspzky desde la izquierda, por el segundo palo apareció libre de marcas Lomónaco, quien llegó con lo justo para tomarla de primera y el balón pasó cerca del palo izquierdo. Clara.
El juego directo del equipo de Madelón complicó en demasía al Tomba, que muchas veces quedó mano a mano en el fondo. Para colmo, el medio era una zona de tránsito rápido y Andrada no podía hacer pie. Ausentes Allende y Salomón, y con Burgoa tomando malas decisiones, el Tomba dependía exclusivamente de la inspiración de Ojeda y del rol protagónico de un Tomás Castro Ponce más activo que de costumbre.
También tuvo que intervenir el “Ruso” Rodríguez. A mano cambiada, mandó al córner un remate de Kruspzky que pedía ángulo. Y un rato después, en colaboración con Breitenbruch (salvó el remate con la zona intercostal), el “1″ atoró bien al zurdo Canto tras un córner desde la derecha, que había peinado Chimino en el primer palo. El Arse era superior y el Tomba la pasaba mal.
El complemento comenzó igual que había terminado el primero. Arsenal tenía la pelota y el dominio territorial, pero le faltaba “punch” para lastimar. Como no había respuestas futbolística del Tomba, siete minutos tardó la dupla en hacer la primera variante: adentro Vega por Allende. Y acto seguido, Acevedo y Ramírez se metieron al campo. La presencia de “Chaco” le dio unos minutos de tenencia al Tomba. Incluso, tras una asociación con Vega, Ojeda “perdonó”lo que era el 2-0. Un rato después, el propio Martín tuvo en su botín zurdo la tranquilidad, pero su zurdazo pegó en el palo. Los corazones tombinos se paralizaron cuando Brochero mandó el centro desde la izquierda, Cano la alcanzó a puntear y el “Ruso” (ovacionado) atenazó con seguridad.
El Tomba raspa, suma y sigue dando pelea en todos los frentes posibles.
