Un 25 de junio de 1995, San Lorenzo de Almagro, dirigido por Héctor Rodolfo el Bambino Veira, se consagraba campeón del Torneo Clausura de Primera División 1995. Con este campeonato, el conjunto azulgrana cortaba con una larga sequía de 21 años sin títulos. En ese partido, el club de Boedo le ganó en una fría noche de invierno a Rosario Central por 1-0 con un recordado cabezazo de Esteban González en el estadio Gigante de Arroyito.
En el Torneo Apertura 1994, San Lorenzo, también con la dirección técnica de Veira, peleó hasta el final con River, que a la postre logró el campeonato con Américo Rubén Gallego como entrenador. En ese torneo, el Ciclón había conseguido una cantidad de puntos que le hubiera permitido ser campeón en cualquier torneo, pero se cruzó con un River tremendo que se coronó invicto, y postergó el festejo cuervo.
En el torneo siguiente, con prácticamente el mismo plantel, San Lorenzo era candidato desde el comienzo, sin embargo, el inicio fue pobre: un empate de local ante quien iba a ser su gran rival, Gimnasia y Esgrima de La Plata, y una derrota con Argentinos Juniors de visitante. Pero con el correr de las fechas el equipo comenzó a crecer hasta alcanzar el liderazgo de la tabla de posiciones peleando palmo a palmo con el sorprendente Lobo platense de Timoteo Griguol.
Faltando dos fechas para la definición, una sorpresiva caída ante Vélez por 1-0 dejó a los Azulgranas un punto por debajo de Gimnasia.
La fecha siguiente, San Lorenzo venció a Lanús y el Lobo hizo lo propio con Ferro, de modo que todo quedó para la última fecha. En La Plata, el equipo que lideraban los mellizos Barros Schelotto recibía a un pobre Independiente, los de Veira, viajaban a Rosario en busca del milagro.
Esa jornada final estuvo signada por el dramatismo. Independiente, con un recordado gol de Javier Mazzoni ganó en la Plata, mientras que San Lorenzo, acompañado por una multitud, se impuso ante Rosario Central por 1-0, en el estadio Gigante de Arroyito con un recordado cabezazo de Esteban el González que desató el delirio de los hinchas cuervos.
Ese equipo estuvo conformado por Oscar Passet, Oscar Arévalo, Oscar Alfredo Ruggeri, Damián Manusovich, Roberto Monserrat; Fernando Galetto, Carlos Netto y Paulo Silas; Claudio Biaggio y Esteban el González.
Passett tuvo la valla menos vencida y sólo sufrió 12 goles. Ese San Lorenzo marcó un estilo futbolístico en el juego que creaban Fernando Galetto desde el medio campo y la habilidad de Paulo Silas y al que sumaron la capacidad goleadora de Claudio Biaggio, que anotó nueve goles durante todo el certamen, y Esteban González.
Uno de los goles más recordados ese conjunto azulgrana fue el que anotó Esteban González en el último minuto frente a Belgrano de Córdoba el día después del fallecimiento de su padre. También se recuerda el golazo que convirtió en cancha de Platense tras una gran triangulación entre Silas y Biaggio.
San Lorenzo fue un sólido campeón, con un gran mediocampo –tal vez uno de los mejores de esos años- con potencia en ataque y solidez desde una defensa que salía de memoria y en la que sobresalía el enorme Oscar Ruggeri, tal vez en su última gran temporada.
Fue un equipo que jugó contra sus rivales futbolísticos y contra una historia larga de frustraciones de los hinchas azulgranas que, tras 21 años y en una final de antología, volvieron a gritar que ese año, desde Boedo, salió el nuevo campeón.