“No hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista”. Y así como reza ese viejo dicho popular, podemos tomar la tremenda consagración de Teqüe en la Copa de Oro del Torneo Regional del Oeste. No solamente porque se trata de su primer título en tres finales disputadas, sino también, porque el equipo supo levantarse casi desde las cenizas para enderezar un rumbo que lo tiene como el mejor equipo de la Región y el cual será uno de los representantes en el próximo Torneo del Interior A, al ganarle a Marista 26-24 en la cancha de los “Curas”.
Y la alegría, que por su historia de mucho esfuerzo, se debía, fue ante el equipo que venía de ser el último bicampeón del Top 8. Pero los teqüinos supieron prevalecer en los momentos más importantes, como en esa primera jugada que dejó a propios y extraños un poco atónitos, pero que tenía su explicación. El “visitante” que fue “local” en cancha de Los Curas, quería imponer condiciones desde el principio y tal cual lo planificado (Emiliano Calle ejecutó una patada corta para forzar un scrum), los dirigidos por Gustavo Krestchmar no dejaron dudas para sacar adelante una final que tuvo un par de cambios en el marcador, aunque con mucha garra y buen rugby, lograron darla vuelta nuevamente para llegar a un título histórico frente a uno de los más poderosos de la competencia. Fue 26-24 en una definición intensa, que por momentos estuvo cortada por la revisión de jugadas, aunque limpia donde los protagonistas hicieron del fair play un denominador común para que los más de seis mil espectadores pudieran disfrutar de un partido que empezaron ganando los Curas gracias a un penal de Bautista Filizzola.
Teqüe estaba seguro de la parada. Sabía que tenía que encontrar su momento en el partido, demostrar ese juego contundente que lo había llevado a la definición siendo el mejor de la fase clasificatoria y también en la semifinal frente a Liceo RC (23-13). Por eso no extrañó que tras una gran jugada colectiva, Julián Fernández apareció por derecha para apoyar el primer try de su formación. Pero luego de una primera revisión, el árbitro Sebastián López dio marcha atrás en su decisión y dejó a los teqüinos sin festejo. Para colmo de males, minutos más tarde, Dora apoyo su try con el cual Marista se puso arriba 10-0. En La Carrodilla, todo era una fiesta. El local mostraba que su arribo a esta definición no había sido casualidad, aunque sabía que enfrente tenía un rival que tiene hambre de gloria y que no podía relajarse.
Por eso, TRC empezó a crecer territorialmente, adelantó sus líneas y sacó a relucir aquel juego vistoso que lo caracterizó en gran parte de la campaña. Entonces no extrañó que, cuando el dueño de casa estaba asediado, el equipo que hizo las veces de local en cancha de su oponente, apoyara su primer gran try mediante Valentín Krestchmar, que su hermano Agustín después terminó en conversión. Esos siete puntos fueron determinantes y llegaron en un momento justo, porque Teqüe siguió imponiendo el ritmo y mandando desde los emocional, hasta ponerse en ventaja 14-10. Calle, con un penal que dio en la “H”, pudo estirar diferencias, pero la “guinda” pegó caprichosamente en el horizontal y la acción le daba respiro a Marista. Sin embargo, hubo revancha para la institución de General Ortega que se pondría peligrosamente arriba 21-10 con un try de maul anotado por Julián Martín, tras el asombro de una defensa que solamente atinó a mirar el desenlace de la jugada.
A partir de ese momento, los Curas reaccionaron y con un try apoyado por Llaver, dejaron la final con signos de interrogación sobre su desenlace. El encuentro estaba 21-17, con mucho tiempo por delante, con dominio de Marista que se pondría el partido 21-24 con un try de Gómez. Todo estaba a pedir del dueño de casa. Pero llegó la reacción teqüina con un gran try de Falaschi para definir la historia 26-24.
Fue victoria para el representativo que tiene a Miguel Ruiz, exPuma, como su presidente. “Estos es algo único. Siento una alegría inmensa. Nos preparamos para esto”, contó el dirigente, que también fue jugador y entrenador en la institución. “Fue una final que buscamos desde hace muchísimo tiempo y en la que fuimos fieles a un estilo. Nos hemos propuesto esto para ver hacia dónde queremos ir. Saldamos todos los problemas que teníamos en el club”, agregó. Por otro lado, señaló: “WUno que nació en el club, que fue jugador, entrenador y dirigente, ser campeón es algo muy importante. No solamente por el trabajo, sino también porque demostramos que los clubes pequeños podemos cortar con la hegemonía de los poderosos”.
En cuanto a la definición, contó sus sensaciones de cómo la vivió: “Sufrí todo el partido. Hace varios días que no puedo dormir. Una final muy buena, con mucho clima, con Los Pumas hace poco en Mendoza. Más no se puede pedir. Ahora vamos a seguir redoblando esfuerzos para continuar creciendo”.