La revancha está ahí, a la vuelta de la esquina. Y aunque parezca que sucedió hace mucho tiempo, llegó mucho antes de lo pensado. Casi dos años y medio pasaron de aquel triste 25 de mayo de 2019 en el que Independiente le decía adiós a su última chance seria de ascenso a Primera División.
Aquella tarde de feriado, el Azul perdía (2-0) ante Sarmiento en el estadio Eva Perón de Junín y se quedaba afuera en las semifinales del Reducido por el segundo ascenso a la elite.
Al igual que hoy, Gabriel Alejandro Gómez era el entrenador de ese equipo de ese histórico equipo de Independiente Rivadavia que alcanzó a golpear las puertas de la gloria sin poder entrar. “Ahora es mata y mata. Tenemos que saberlo jugar y creo que estos jugadores saben hacerlo. Será difícil, como todo, pero ya demostramos que estamos a la altura. Vamos a ir por todo”, anuncia el entrenador.
Hoy la historia se repite otra vez. De la mano del Comandante Azul, hace tres días, en San Juan, la Lepra estuvo a un pasito de sacar boleto para disputar la final por el premio mayor, el primer ascenso. Y aunque no se pudo, como dijo Diego Cardozo, “el sueño sigue intacto”.
El goleador histórico de la Lepra en la Primera Nacional disfruta de este momento y tiene motivos. Es que al nacido en Fray Luis Beltrán, Santa Fe, lo une el hilo conductor de una historia que posee etapas anteriores en el club signadas por el sufrimiento de salvar la categoría con el último suspiro y el corazón en la mano.
Eso sí, dentro de este plantel de Independiente existe un puñado de jugadores que protagonizaron ese 2019 también de ensueño y de la mano del Comandante: Cristian Aracena, Luciano “Cheche” Sánchez, Daniel Imperiale, Pablo Palacios, Mauricio Asenjo, Lautaro Disanto... ya conocen el paño.
Cada uno de ellos también sabe lo que es superar los Cuartos de Final del Reducido. En aquel entonces, en el partido de ida, Independiente goleó 4-1 a Nueva Chicago en un Gargantini a pleno con un doblete de Matías Tissera, Mauricio Asenjo y Federico Castro, de penal. La revancha en Mataderos fue empate 2-2 con goles de Mauricio Asenjo y Federico Castro, una dupla que supo ser tan letal como la actual del “Flaco” Quiroga, el propio Asenjo y “Diegol” Cardozo.
El señor destino quiso que el rival de Independiente sea Almirante Brown de Isidro Casanova, uno de los tantos equipos sospechado por ser beneficiado por los arbitrajes. La primera cita de los Cuartos de Final será el próximo lunes (también feriado nacional) a partir de las 17 horas en el Bautista Gargantini.
El cotejo será televisado y ya tiene un árbitro designado: Yael Falcón Pérez. ¿De quién se trata? Nada menos que el “pito” que perjudicó a Gimnasia y Esgrima el 5 de julio pasado, cuando cobró un penal inexistente para Estudiantes de Río Cuarto en un partido que terminó en empate 1-1.
En Avenida Las Tipas hay más vida y esperanzas que nunca. Más allá de la desazón por la clasificación de Barracas a la final, la ilusión de Independiente se mantiene a flor de piel. Motivos hay de sobra. Sobre todo, porque el Comandante y sus soldados saben que es tiempo de revancha.
