¡El Parque está de fiesta! Independiente Rivadavia venció a Almirante Brown en el estadio Mario Alberto Kempes de Córdoba y ascendió a Primera. La Lepra ganó la finalísima de la Primera Nacional, se consagró campeón y jugará en la Liga Profesional 2024.
Con goles de Brian Sánchez (expulsado) y Victorio Ramis, Independiente se impuso 2-0 en tiempo extra tras un partido muy duro.
El pueblo azul festeja como nunca. Y claro, la Lepra ganó el partido más importante de su historia y ¡es de Primera!
El análisis del partido
La primera parte fue muy luchada, tensa, trabada, como era de esperarse. Hubo pierna fuerte, mucho “ajedrez” y algunas imprecisiones por bando, lo que originó que tanto la Lepra como la Fragata tuvieran sus chances de gol, aunque quedó claro que Almirante fue quien inclinó la balanza en el juego.
El arquero de Independiente, Maxi Gagliardo, tuvo mucho trabajo. Respondió bien las 4 veces que lo exigieron y logró mantener su arco en cero. El Azul no encontró su mejor versión, aunque peleó cada pelota como si fuese la última, tal como lo indica una final.
En el Kempes hubo más de 40 mil personas. Los mendocinos fueron alrededor de 20 mil.
El segundo tiempo encontró a un Independiente más combativo, ganado metros en ataque y mejor plantado en campo rival. Berti decidió apostar por el control de la pelota y así llegaron las más claras. Arce tuvo la suya después de una buena jugada de Elordi y Ramis, quien reemplazó al goleador paraguayo, contó con la más clara de toda la tarde: un cabezazo en el área chica que se fue apenas desviado. Era el gol del ascenso.
Almirante Brown sintió el cansancio y retrocedió, aunque atacó con criterio y un par de veces puso en aprietos a la defensa azul.
El alargue mostró a un Independiente Rivadavia decidido. Sabía que su rival estaba exhausto y lo fue a buscar. Ya con Tonetto e Ilárregui, manejó la pelota con astucia y fue para adelante. Avisó una, dos, tres.
Y hasta que llegó la explosión. Brian Sánchez capturó un rebote en el área chica y la mandó a guardar. Euforia absoluta en el Kempes que hacía eco en el Bautista Gargantini.
La Fragata, herida de gravedad, salió a buscar al Azul con lo poco que le quedaba. A 5 minutos del final, Independiente, que jugaba con 10 por la expulsión de Sánchez (doble amarilla), lo liquidó de contra gracias a una gran definición de Ramis que quedará en la historia más grande del club.
El pitazo final de Nicolás Ramírez (buen partido) se traduciría en lágrimas de alegría, festejos por doquier y cantos azules, bien azules, de Córdoba a Mendoza. Un día inolvidable para todo el pueblo leproso, que vivió la final más importante de la historia del club y el merecido ascenso a Primera división.