Los hinchas argentinos tienen otro gran motivo para entusiasmarse a 172 días del comienzo del Mundial Qatar 2022. Es que la Selección de los Lioneles, Messi y Scaloni, brilló ante Italia, goleó en la Finalissima y sumó su segundo título en menos de un año tras aquel inolvidable ‘Maracanazo’ por Copa América. ¿Y cómo no soñar más profundo aún después de lo que pasó en Londres este 1 de junio? Quien pueda que explique cómo...
A diferencia de los sucesos de 2018 y tras un importante recambio de jugadores, Argentina no solo levantó una nueva Copa, sino que con el 3-0 en pleno corazón de Inglaterra, además, exhibió una notable solidez colectiva. Fue ante un rival europeo siempre de temer, más allá de que la Azzurra se encuentre en plena reconstrucción y afuera de la próxima cita ecuménica por esas desgracias que tiene el fútbol.
Fíjese usted que en Wembley, ante unas 80.000 personas y con todas las cámaras de TV del mundo, la albiceleste se dio el gusto de borrar de la cancha a Italia, sí, a la Italia cuatro veces campeona mundial. Con un despliegue defensivo a destacar (y sus referentes consolidados), un mediocampo combativo y de permanente juego más exponentes ofensivos “fuera de serie”, el elenco de Scaloni demostró que está entre los 5 mejores seleccionados del planeta y sacó a relucir su chapa de candidato.
La Scaloneta no regala nada, jamás da por perdida una acción de juego. Y hasta los más laureados como Lionel Messi se tiran al piso para recuperar la pelota. Esa bravura y temple grupal se suman a la verticalidad, dinamismo y efectividad que existe desde el círculo central hacia adelante. Entonces, ese cóctel se traduce en goles, victorias, invictos, Copas y alegrías.
Implacable, invicto récord y la misión de no relajarse
Ya son 32 los partidos que Argentina lleva sin perder, dato que inevitablemente nos lleva a compararlo con el récord de Alfio Basile, aquel histórico entrenador que comandó a la Selección en dos etapas. Un récord alcanzado y que muy posiblemente será superado en breve. Una barbaridad.
El esfuerzo en todas las líneas y la categórica capacidad ganadora de este seleccionado terminó por enamorar a la gente. Una hinchada que contempla a los fanáticos de todas las provincias, sin excepción. Esos que salen a las calles a festejar con bombos y banderas como pocas veces antes. Esos que rebalsan las redes sociales con los mensajes más sentidos. Una hinchada que tragó amargo por casi tres décadas hasta la obtención de la Copa América en Brasil.
Tarda en llegar, decía Gustavo Cerati. Así y todo, la posibilidad del relax no debe considerarse jamás.
Ojalá el tiempo y las circunstancias quieran que este grupo de jugadores que cambió silbidos por aplausos e insultos por aliento pueda coronar el proceso el 18 de diciembre, en el séptimo juego copero.
Para el Mundial falta mucho y, a la vez, poco. Seguramente no habrá argentino que no quiera que la Copa del Mundo comience mañana mismo. A menos de seis meses para encontrarnos con ese 21 de noviembre, el tiempo disponible es bueno para terminar de armar una lista de futbolistas viajantes que ya parece confeccionada en un 90%.
Después de tantas pálidas, hay que festejar y soñar. El pueblo argentino lo merece. Y los protagonistas también.