Claudio Omar García, ex delantero de Racing y la Selección argentina entre otros equipos, revivió cómo fue su lucha para superar la adicción a la cocaína. A los 56 años, el Turco lleva tatuada en el puño la fecha en que consumió por última vez: 11 de febrero de 2008.
“La droga te quita dignidad. Quita todo. También los afectos. Es como un impermeable: te tapa la lluvia pero te deja ver la ropa. Te abrís de tus amigos, de tus seres queridos, mentís, vivís en un mundo irreal. Yo me levanto todos los días a las 7 de la mañana y me vuelvo loco de alegría cuando escucho los pájaros y veo el sol. Antes y odiaba a los pájaros y al sol. ¿En qué cabeza cabe? No era normal”, le contó al periodista Nicolás Montalá, de Diario Olé.
“No fue fácil dejar. Primero te tienen que convencer de que querés dejar. Después, tener la voluntad. Estoy en contra de los ex adictos que dicen: “La estoy peleando día a día”. Es mentira. El primer mes lo sufrís al empezar de cero y cuando te das cuenta de que estás enfermo. Cuando tomás la decisión realmente, chau. Hoy soy el hombre más feliz del mundo. Me acompañan mis seres queridos, tengo laburo y gente detrás mío todo el tiempo, como Mariela, mi mujer”, explicó.
García agradece a su actual esposa. Ella fue clave en el tratamiento contra la droga. Lo sostuvo psicológicamente y también salió a la calle para ir a rescatarlo en una de esas ‘giras’ que el Turco, por fortuna, abandonó para siempre. El ex Olympique de Lyon contó que su pareja llegó al extremo de ir a buscarlo hasta el El Barrio Padre Rodolfo Ricciardelli (conocido popularmente como villa 1-1-14), sitio donde sabía que su esposo estaba comprando droga.
“Ahora puedo darle información a la gente para que no consuma. Yo de lo malo saqué lo bueno. Cuento, sin caretearla, lo que hace la adicción”, celebra.