Iban 33′ del partido de la fecha 14 de Eliminatorias Sudamericanas, cuando Brasil se encimó por el costado izquierdo del área de la Argentina con Raphinha, y Otamendi, que fue a ganar la pelota, protagonizó una jugada polémica: un claro codazo intencional del jugador argentino sobre el brasileño durante la lucha por la posesión del balón, que luego el árbitro uruguayo Andrés Cunha decidió no cobrar.
El saldo, el labio roto del atacante del Leeds de Bielsa.
Otamendi, que está al límite de las tarjetas amarillas, no fue siquiera amonestado. Después, el juez consultó el VAR y falló con motivo de “no intencional”. Distinto a lo que se vio en las imágenes de la televisión.
El central del Benfica, pocos minutos después, estuvo involucrado en otro episodio con un golpe que recibió el arquero Alisson, pero la secuencia fue algo confusa. Sin embargo, en este caso, claramente se puede visibilizar que no hubo intención.
Enviados especiales a San Juan.