Pasaron 36 años, nada menos. Y hoy podemos decir, !somos campeones del mundo, carajo! Por Lionel Messi, nuestro máximo estandarte. Y por más increíble que parezca después de tantas piñas recibidas a lo largo del tiempo, el mejor jugador del mundo rompió la pared con la Selección Argentina y se consagró a nivel Mundial, el título que el fútbol le debía tras 18 exitosos años de carrera.
En Mendoza, Buenos Aires y todas las provincias argentinas, la gente fue un puño apretado por La Scaloneta desde hace semanas. La Selección Argentina se consagró a nivel planetario casi cuatro décadas después gracias a un equipo aguerrido que fue haciéndose de menos a más.
Por supuesto que los protagonistas tuvieron que construirlo todo. Más allá de la Copa América 2021 histórica y la Finalíssima, las difíciles batallas mundialistas fueron superadas por La Scaloneta, esa máquina del fútbol total que sorteó todo tipo de obstáculos en Qatar para terminar dándonos la tercera, nada menos que la tercera.
Tras una final inolvidable que tuvo de todo, absolutamente todo, el plantel argentino festejó un desenlace increíble, un tanto inverosímil por la cantidad de goles y el ida y vuelta, ante la complicadísima y campeona Francia. Cambiante, impresionante, efusivo, así fue el desarrollo del juego que acaparó la atención de 4000 millones de personas alrededor del mundo.
Una vez consumado el triunfo, trabajado y luchado, la Argentina toda salió a las calles después de una lucha brava para festejar la nueva estrella, que costó muchísimo. Sin dudas, la foto que soñamos todos durante años, muchos años, con Lionel Andrés Messi como protagonista exclusivo.
Aunque estemos eufóricos todavía, claro que no fue fácil el trámite, para nada si de análisis hablamos. El primer tiempo resultó arrollador en favor de la Argentina. Una clase táctica, futbolística y estratégica. Una superioridad abrumadora que ningún francés podrá salir a desmentir. Dos goles a favor basados en un funcionamiento casi perfecto si de finales de Mundiales se trata.
Mucho fútbol, todo el despliegue posible. Mucho empuje, cabeza, mucho meter la pierna y anticiparse a las ideas del rival, uno de los más complicados que nos podría haber tocado. Todo de la albiceleste de Scaloni y su plan de herir al campeón encontrando sus puntos más débiles.
Messi y Di María, los históricos que habrían jugado sus últimos minutos con la camiseta de la Selección, metían los goles que le daban a Argentina la doble ventaja impresionante e increíble para muchos en la final soñada.
El tiempo, tan loco como impensado, le imprimiría a nuestra Argentina una cuota de incertidumbre en los 10 minutos finales del encuentro. Mbappé, figura mundial y goleador de Qatar 2022, aparecería en todo su esplendor para inyectarle preocupación a un pueblo albiceleste que ya estaba celebrando a cuenta. Un golpe inesperado. Y a luchar.
El tiempo suplementario, ese que no hubiésemos querido jugar jamás, nos visitó de la manera más cruel. Francia le pondría puntos suspensivos al sueño argentino y habría que empujar aún más para alcanzar el sueño.
Por fortuna o porque el destino así lo quiso, Argentina se haría enorme en los tiros penales para imponerse 4-2. El Dibu, gigante otra vez.
Ha querido el tiempo que la Copa Mundial 2022 esté teñida de celeste y blanco para que Lionel Messi levante ante el planeta entero el trofeo que le faltaba. La del Mundo. La más preciada, esa que buscan todos.
Después de décadas, Messi ganó el Mundial. Es así y no hay vuelta atrás, pese a quien le pese. Leo Messi nos regala la foto que soñamos todos. El mejor jugador de todos los tiempos logró levantar la Copa que el fútbol le debía. Y claro, nosotros fuimos testigos de la imagen que anhelábamos.
Felicidades, Scaloneta. Felicidades, Messi. Súper merecido. Un país entero agradece la tercera estrella que será bordada en las próximas horas.