Diego Armando Maradona, una de las figuras argentinas más trascendentales de la historia, seguirá siendo el motor de muchos argentinos a la hora de la devoción, el pedido de milagros, el triunfo de un equipo determinado y hasta una fuente de trabajo. Y son miles los que, a tono, deciden llevar a “Pelusa” en la piel, para siempre.
Esta es la historia de Walter y Mercedes, un tatuador itinerante y su compañera que llegaron a Mendoza en medio de una gira llamada “Tatuando Dieguitos por Argentina” y hablaron con Los Andes sobre esta curiosa travesía futbolera.
Hace cuatro años que “Wally” es tatuador y se distingue por trabajar el estilo outline o silueta, que se trata de tatuar figuras sin la necesidad de tatuar la cara, pero con los rasgos más característicos de ese personaje para que sea reconocible, algo que se puede seguir en sus redes sociales @viendoquepinta y @vqptatatoo.
Esta historia empezó como debe ser, con una persona que fue a su estudio: “Un muchacho me dijo que quería tatuarse a Maradona y le propuse hacerlo con este estilo y quedó muy bueno. Diego es tan identificable con la parada, con los rulos, con las fotos y como fanático empecé a diseñar más modelos y empezó a funcionar”.
Este tatuador, que decidió dejar su trabajo de oficina y aventurarse a subirse a un motorhome para girar por el país, se especializó en hacer diseños de un Diego cotidiano y eso le generó miles de seguidores en sus redes sociales y ya tiene objetivos y sueños: “Hace tres meses que venimos viajando y ya recorrimos cuatro provincias y nuestro objetivo es que haya un Dieguito tatuado en cada lugar que visitamos, pero nuestro gran sueño es llegar a Brasil y a las Islas Malvinas y que un brasileño y un inglés se tatúen a Diego”.
Sobre su fanatismo por Maradona, “Wally” aseguró que mezcla sus dos pasiones: “Tengo un fanatismo de Diego desde siempre, además me pareció lo más universal para tatuar y lo que más disfruto. Además, siendo maradoneano que me pidan que les tatúe a Diego, estoy encantado. Estoy mezclando mis dos pasiones: Maradona y tatuar”.
Esta pareja de viajeros tiene una relación muy directa con Diego, ya que viven en La Boca: “Vivimos en La Boca y cada vez que salís te encontrás con murales, remeras y todo de Maradona. Es hermoso”.
La luz de Maradona se posó sobre esta pareja y que sin dudas los ayuda a seguir adelante con la aventura: “Siempre decimos que Diego está financiando un sueño porque nosotros viajamos tatuando Maradonas por todo el país dejandolo en la piel de cada argentino y encima nos ayuda a seguir recorriendo el país cumpliendo el sueño de viajar. “Hoy Diego significa mucho para nosotros”.
Como buen fan de Pelusa, “Wally” tiene a su Diego preferido: “Me gustan mucho los Diegos jóvenes, con la virulana en la cabeza me parece hermoso, verlo tan esbelto. Nunca pude verlo jugar, pero una vez fui a verlo a “La Noche del Diez” en el Luna Park y fue hermoso”.
El fanatismo de Walter por “Pelusa” está claro y lo asegura en cada frase que nos regala: “A Diego sólo le diría gracias. A Maradona lo tomás con todas sus cosas y lo amás con eso”.
UNA HISTORIA DE SUPERACIÓN Y AMOR SOBRE RUEDAS
“Mecha” y “Wally” llevan seis años juntos y son amantes de los viajes y la aventura: “Imaginate que nos pusimos de novios y a los tres meses nos fuimos de viaje a Brasil con los pocos ahorros que teníamos, después fuimos a Colombia, Europa… todo con mucho esfuerzo”, comienza contando la ex empleada administrativa en una inmobiliaria.
En un momento de su vida Walter tuvo que pasar por una situación límite: tuvo que vencer a un cáncer. Ese fue el motor para que esta pareja saque fuerza y comience a replantear su vida: “Cuando Walter se enfermó nos miramos y dijimos que cuando él se curara no íbamos a seguir con la vida que llevábamos porque no la queríamos: trabajábamos 8 horas diarias en una oficina, nos veíamos muy poco en la noche para cenar y casi no podíamos disfrutar. Por eso le dije ‘te curás y nos vamos’ y así arrancamos”.
El tratamiento de Walter fue durante la pandemia y ahí es donde la idea de largar todo y salir a girar por el país tomó más fuerza: “Al principio pensamos en irnos de mochileros, pero analizamos que la mochila iba a ser pesada para Wally y porque además teníamos que llevar los aparatos para tatuar. Ahí fue cuando vimos que había gente que viajaba en camioneta y eso nos rompió la cabeza y después de casi dos años logramos juntar la plata para comprar la camioneta, armarla sin saber ni poner una tuerca y ayudados por tutoriales de Youtube”.
Una vez que pusieron primera en su casa rodante, Mecha se encargó de “hacer trabajar” a Walter ya que tomaba los turnos de los tatuajes, subía contenido a las redes para seguir bancando el proyecto: “A veces ella trabaja más que yo porque está todo el día con los turnos, subiendo contenidos a las redes, contestando mensajes… si bien todavía no se ven los réditos económicos de todo ese trabajo, tenemos esperanzas”.
Si bien trabajan de forma independiente, son conscientes de que muchas veces trabajan más que el típico empleado de oficina: “La diferencia es que trabajamos con el Dique Potrerillos de fondo. Estamos donde queremos cuando queremos. Es más, sin que todavía funcione económicamente, superó altamente nuestras expectativas”.
El cambio de vida fue tan grande que el miedo no tardó en llegar: “Las primeras dos semanas dijimos ‘¿qué hicimos?’ porque alquilamos nuestra casa, nos fuimos en una camioneta... algunas veces tenés la suerte de dormir al lado de un río hermoso o en Potrerillos, pero otras veces te toca en la calle o en una estación de servicio, con todo lo que conlleva: inseguridad, organizarnos para bañarnos en tres minutos, desagotar el baño... ¿alguna vez viste como se desagota el baño de un motorhome?, bueno, no lo veas”.
Estos locos viajeros también tienen tiempo de pensar en el futuro y en ese panorama aparecen los hijos: “Tenemos ganas de tener hijos, pero no ahora en la casa rodante. Muchas veces pensamos en establecernos en algún lugar para tener chicos, pero después volver a arrancar porque hay muchas familias viajeras que tienen hijos”.
La respuesta a la última pregunta dibuja de pies a cabeza a esta pareja de aventureros: “Sin dudas que es preferible pagar nafta y peajes que alquiler y expensas”.