En el partido final por el desempate de la ronda de perdedores de la Liguilla 1988/89 se enfrentaron River y Boca en la cancha de Vélez y se vivió una de las situaciones históricas de los Superclásicos: Alfredo Graciani le metió una piña a José Tiburcio Serrizuela.
Cuando se jugaba el primer tiempo, Graciani intentó encabezar un contragolpe pero el “Tiburón” lo tomó del brazo y después de la camiseta, esto molestó al “Murciélago”, quien detuvo su carrera y le dio un golpe de puño en la cara del jugador de River.
Obviamente Juan Bava le mostró la tarjeta roja, pero además por la ley de compensación le mostró la tarjeta roja a Daniel Passarella en lo que sería el último partido oficial del “Kaiser” como jugador profesional.
Ese partido fue triunfo 2-1 para el Millonario gracias a los tantos de Serrizuela y José Ramón Centurión.