Hoy no es un día más para el plantel argentino campeón del Mundo en 1978, tampoco para los amantes del fútbol en nuestro país. Es que un día como éste, hace 42 años, los dirigidos por César Luis Menotti le daban a la Argentina la primera de las dos consagraciones que tiene en Mundiales de mayores. Derribando mitos y sin pelos en la lengua, con un blanco que siempre aparece en su repertorio, Leopoldo Jacinto Luque nos habló de lo que fue ese título.
-Leopoldo, ¿qué estaba haciendo hace 42 años?
-Nos estábamos preparando para jugar la final.
-¿Y qué recuerda de ese partido contra Holanda?
-Que fue de dientes apretados. Nosotros nos alentábamos mutuamente porque salimos a jugar y ellos nos apretaron desde el principio. En ese primer tiempo el Pato (Fillol) fue la figura. Después el Flaco (Menotti) pegó un par de gritos y el equipo reaccionó. Los holandeses eran unos adelantados para la época, tenían cosas que no se veía a nivel mundial. Todos sus jugadores atacaban y defendía sin importar el puesto que ocupaban en cancha. Por suerte en el segundo tiempo bajaron su nivel y Argentina, que estaba mejor físicamente, planteó un mejor partido. Lo íbamos ganando 1-0, pero en una distracción nos igualaron y la final se fue a suplementario.
-¿Fue el partido más tensionado de su carrera?
-Uno de los tantos. Holanda tenía unos cabeceadores temibles y era de la forma que podían dañarnos. Nosotros en ese descanso, no nos relajamos, salimos y los liquidamos. Antes Menotti nos había dicho que nos diéramos vuelta. Estábamos en el banco de suplentes tomando agua, recibiendo alguna que otra indicación, y sucedía que a nuestras espaldas a los holandeses les hacían todo tipo de masajes. Menotti nos alertó de los centros y nos dijo ‘entren y hagan dos o tres goles y esto se acabó’.
-Después de cuatro décadas, aún se escucha menospreciar ese título de ustedes...
-En mi caso y el de otros compañeros que tuvimos la ocasión de enfrentarnos con esa persona, le dijimos las cosas en la cara. Sabes lo que pasa, que si viene un chileno, peruano, brasileño o uruguayo y habla de que sobornamos a este o a aquel, por ahí me la banco. Pero nunca que lo haga un argentino traidor, que habla de soborno, de que compramos un partido, etc. (Carlos) Bilardo, haciéndose el payaso como siempre, se encargó de hacer correr esa bola. Gracias a Dios, en los últimos tiempos mucha gente se dio cuenta de que los militares no servían ni para incentivar a nadie o para salir a sobornar a alguien.
-Fue una época dura de nuestra historia ¿ustedes sintieron algún tipo de miedo?
-Para nada. Donde concentrábamos había muchos soldados, es cierto, pero chicos jóvenes. Sus jefes pasaban después de los partidos casi por obligación, no por ganas. Se paraban y nos felicitaban, se daban vuelta y se iban. Recuerdo que Videla nos dijo: ‘muchachos, los felicito, llegamos a la final, ahora a poner todo contra Holanda’.
-Antes de todo ello, el partido con Perú...
-Lo que pasó fue futbolístico (NdR: Argentina ganó 6-0). Éramos mucho mejores. Antes del Mundial, jugamos dos partidos, uno en cancha de Boca donde ganamos 2-0 (dos goles míos) y la revancha en Lima en la cual goleamos 3-0. En ambos les dimos un baile terrible, donde el Flaco Menotti hizo jugar a casi todos. En Rosario, el resultado fue justo. Nosotros no tenemos la culpa de que había un tal Velázquez, un ‘burro’ que le habían puesto la camiseta de Perú, que se comía todos los amagues. Ese muchacho pidió el cambio, y con el tiempo se dijo que lo hizo porque vio compañeros que no estaban jugando como se debía. Que quede claro, nadie nos dijo ‘tirensé en el área que cobrarán penal’. Al contrario, nos cag...a patadas. Lo que jugamos ese día fue tremendo. Nadie habla de eso. Tuvimos las oportunidades de hacer goles y los hicimos.
-¿Fueron justos campeones?
-Por supuesto. Nos preparamos mucho para eso. Estuvimos casi cuatro meses concentrados entre la preparación y el Mundial. Creo que fue un merecido premio.
-¿Se juntaron con los campeones del 1986?
-Nunca. Parece que son dos cosas diferentes. Deportivo Bilardo y Deportivo Menotti. Y todo se debe a Bilardo, que deja mucho que desear en un montón de cosas. Ganó partidos poniéndole cosas a los bidones para que los rivales se duerman, pomadas en los ojos para que no vean. Siempre haciendo algo antideportivo. Y es diferente a lo de Menotti, quien es un señor, y si pegabas una patada, te decía ‘podría ir más despacio’. Bilardo durmió a Branco (Brasil) en un Mundial, y con el tiempo fuimos con River a jugar y se vinieron todos a protestarnos por lo que habíamos hecho los argentinos de darle agua con somnífero a los brasileños. No me interesa lo que haga Bilardo, que ahora anda enfermo y ojalá Dios lo ayude, si me importa que menosprecie lo que hicimos.
-¿Esa final con Holanda hubiese sido más dura si estaba Cruyff?
-Y la verdad que no podemos saberlo, lo que sí puedo decir, es que ese equipo del '78 era igual de bueno que el del '74 de Holanda.
-¿Tienen el reconocimiento que se merecen en AFA?
-En general se habían acercado cuando estaba (Julio) Grondona. En ese tiempo hablamos con gente del Gobierno porque necesitábamos un reconocimiento económico. Había chicos que estaban dejando el fútbol y que no habían hecho diferencia, entonces Grondona se acordó de nosotros y nos dio un sueldo. Nos tiraban 4 mil pesos que luego fueron cinco mil. No queríamos que nos regalaran nada. Pretendíamos armar, junto con los otros, los de Bilardo, un equipo y salir a dar charlas por todo el país y de ahí, tener un pequeño sueldo que nos ayudara a subsistir, pero no se pudo hacer.
-¿En la actualidad siguen percibiendo ese sueldo?
-El presidente Chiqui Tapia nos aumentó a 20 mil pesos. Y bueno, eso también sumado a algunas jubilaciones generosas que alguno puede llegar a tener por lo recaudado en su carrera, se vive mejor. Digo jubilaciones generosas por el sueldo de un futbolista es muy superior al común de la gente. Nosotros hicimos un grupo que nos juntamos cuando se puede y comemos con Tapia. Y en esas charlas se planteaba que no todos podíamos estar bien, porque cuando se terminó el premio que nos dieron (25 mil dólares), hubo que laburar de lo que fuera. Sinceramente lo que buscamos es que el Estado junto a la AFA nos dieran un sueldo acorde, como hacen con los atletas argentinos que ganan una medalla olímpica. Por suerte ahora Tapia nos dio obra social a todos y eso es de gran ayuda.