Hace cuatro años aproximadamente comenzó con una ascendente carrera y, desde diciembre, es 1° Dan de Karate. Hablamos de Lucía Olivo, una pequeña mendocina que viene demostrando en las últimas temporadas y a fuerza de medallas, que lo suyo está muy ligado al éxito. Si bien es prematuro ilusionarse con verla en el más alto nivel, tanto ella como su familia y entrenador, se esperanzan con seguir creciendo en una disciplina donde los mejores generalmente son los descendientes de raíces japonesas. Si bien eso no quiere decir nada, Lucía y muchos otros deportistas que incursionaron en este deporte quieren instalar su apellido en la historia del Karate.
Y para eso trabaja esta niña progidio de nuestra provincia, que a la edad de 12 años, ya tiene su cinturón negro. “Se lo ganó en diciembre, pero nos entremaos a mediados de marzo, justamente cuando empezaba la pandemia”, nos contó su padre, Mauricio, quien además nos comentó que su hija continúa bajo las órdenes del sensei Juan Carlos Pariente (4° Dan de la JKA 3), con quien se entrena tres veces a la semana mediante la plataforma Zoon. Cabe aclarar, que mientras espera el retorno de la actividad normal y de su disciplina deportiva, Lucía realiza los entrenamientos en el garage de su casa.
En cuanto a su futuro, la pequeña este año tenía por delante el Torneo Provincial Funakoshi, como así también el Campeonato Nacional que tiene fecha para octubre, en el Ruca Che de Neuquén. “Como van las cosas (por el crecimiento del Covid-19 en nuestro país), parece que no van a hacer posible esos torneos”, contó papá Mauricio Olivo.
El año pasado Lucía estuvo realizando un curso de instructores en Buenos Aires, donde la intención era quedarse para formar parte del selectivo que tiene como objetivo ingresar a la Selección Argentina. Y si bien solamente pudo participar del primer evento “debido a los altos costos”, la experiencia no dejó de ser una gran enseñanza para la joven karateca, quien empezó a trascender las fonteras de Mendoza allá por el 2017, cuando se consagró campeona argentina en el certamen Nacional que se disputó en Río Gallegos. En ese momento, Lucía Olivo tenía solamente nueve años de edad y a los éxitos conseguidos en esa oportunidad en Santa Cruz, que fueron: primer puesto en kata (formas) individual y tercer puesto en kumite (lucha), después en 2018, se le agregaron un par de medallas más obtenidas en La Pampa: un segundo en kata y el tercer puesto en kumite. Con esas dos preseas, la joven mendocina, tuvo el orgullo de ser la única competidora premiada de nuestra provincia, en una competencia de la cual intervinieron participantes de 19 provincias.